El Barça-Málaga, un partido en el que todo el mundo esperaba una goleada culé liderada por el astro argentino, Leo Messi, comenzó como nadie espera, con un gol de los blaugranas en el minuto dos de juego. El tanto lo marcó con un acrobático remate Gerard Deulofeu ante la atónita defensa blanquiazul, esta se quedó inmóvil viendo el remate del delantero catalán, puesto que lo que si vieron fue que el pase previo al gol, del lateral francés Lucas Digne, salió completamente del terreno de juego, es decir, que lo que se contabilizó como el 1-0 en la libreta de González Fuertes debió ser saque de puerta para el debutante Andrés Prieto.

Explicados los hechos y comenzando el partido cuesta arriba, el Málaga no se intimidó ante el líder de La Liga, el equipo de Míchel empezó a jugar y aunque no creó excesivo peligro, tuvo un par de ocasiones en la primera mitad. En todos estos acercamientos intervino el delantero uruguayo Diego Rolán, el mejor del equipo en este período, hasta que cayó lesionado a falta de un minuto para el descanso.

Cuando el equipo de Ernesto Valverde se acercaba a terreno blanquiazul, Luis Hernández se mostró muy serio cortando balones, incluso con el hombro, aunque, de nuevo, el colegiado se equivocase y lo considerase como mano, amonestando al zaguero con cartulina amarilla.

Tras el pitido del colegiado para la reanudación, con Rolán ya en los vestuarios y Juanpi sobre el verde, el Málaga siguió con su idea de ejercer una presión pasiva (ya que no hubo una excesiva presión más allá del medio campo) liderada por los centrales, Luis Hernández y Paul Baysse. El central madrileño dejó ver su firmeza defensiva encarando en un principio a Deulefeu y más adelante a Paco Alcácer. Además, consiguió despejar varios balones comprometidos en el área, venidos de pérdidas de balón en campo propio por parte de los jugadores más adelantados.

Al Málaga le queda mucho por mejorar, claro reflejo son los números (1 punto de 27 posibles y cero goles anotados fuera de casa), pero para ello hoy se ha dado un pequeño paso adelante. El equipo jugó sin miedo en el Camp Nou, obviamente asumiendo su rol de equipo inferior, y a pesar de los goles (uno ilegal y otro de rebote), la defensa estuvo bien. Hernández participó también en jugadas de ataque e incluso tuvo un remate de cabeza, a balón parado, que bien pudo ser el gol blanquiazul.

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