Se esperaba una batalla dura en Eibar y no se equivocaron las predicciones. Estreno en el banquillo en partido oficial de Jose González. Repetía el mismo once que hace una semana perdía en el Coliseum Alfonso Pérez de Getafe que a la postre provocaría el cese de Míchel. 

Eso sí, no todo era igual que aquella derrota ante el equipo de Bordalás. El equipo malaguista salió con un dibujo distinto. Aquel 4-4-2 que mencionó el técnico gaditano en la rueda de prensa de su presentación. Aparte del dibujo, la disposición táctica y la actitud fueron totalmente diferentes. El partido arrancó con un control dubitativo de la pelota. El Eibar empezó a intentar acercarse poco a poco a la portería de Roberto pero el Málaga salió enchufado atrás, con intensidad. El equipo local empezó poniendo los primeros tiros a portería pero no entrañaban peligro alguno puesto que eran desde fuera del área o se iba muy alto el balón

Gracias a la intensidad que estaba exprimiendo el Málaga, llegó la alegría para la parroquia malaguista. Un pase en profundidad en ruptura buscando la carrera de En-Nesyri la recogió el marroquí, recortó a Paulo Oliveira y su zancada hizo el resto. La cabalgada del delantero en dirección a la portería de Dmitrovic se hizo eterna para el espectador blanquiazul. Pero, por suerte, el final fue feliz. Definición de auténtico delantero puro por el palo del portero para poner el primer gol y llenar de optimismo a toda Málaga.

Con Keko muy activo por la derecha y un Adrián acompañando a En-Nesyri en ataque como una especie de falso nueve, moviéndose por todo el frente del ataque, el equipo creó mucho peligro. Las acciones de ruptura eran continuas y Oliveira sufría de lo lindo con En-Nesyri.

Llegaría el final de la primera parte con victoria malaguista y varias diferencias en cuánto a las últimas jornadas con Míchel en el banquillo. El equipo se le veían las ideas más claras. Transiciones rápidas, presión muy intensa por momentos y un juego más rápido de cara al ataque puesto que los centrales no entraban en la circulación de balón.

La segunda parte comenzaría como acabó la primera, con un Málaga que seguía cortocircuitando la sala de máquinas del equipo armero. Ni Dani García ni Joan Jordán conseguían conectar ni entre sí ni con sus compañeros. A Mendilibar no le quedó otra opción que intentar llegar por las bandas. Iván Alejo y Takashi Inui no conseguían superar a Ricca y Rosales respectivamente y acabarían siendo sustituidos.

Algo que a la postre sería definitivo para el devenir del partido. Con el paso de los minutos al Málaga le empezó a faltar la gasolina y el Eibar aprovechó su momento. Sin hacer un juego efectivo ni inquietar demasiado al conjunto de Jose González, llegó el empate. Corría el minuto 75 Rosales falla en el despeje, el balón le cae a Bebé, quien salió minutos antes por Inui, y con un centro raso fácil para la defensa metía la bota Kike García para establecer el empate y el desánimo entre los andaluces.

A partir de ahí, asedio del Eibar hacia la portería de un Málaga desmoralizado e intentando arañar al menos 1 punto. 15 minutos de exigencia defensiva total que finalmente consiguió salvar el conjunto malagueño. A pesar de la expulsión infantil de Kuzmanovic por doble amarilla en apenas un minuto, los de Jose le echaron coraje y pusieron fin a la racha de cuatro derrotas consecutivas

El Málaga sigue colista de la Liga a 6 puntos de la salvación. Esta vez no se cumplió aquella máxima de "entrenador nuevo, victoria seguida" pero a punto estuvo. Lo positivo es que se le vieron brotes verdes y un equipo con otro aire.