Hay historias que se basan en una tradición y otras que por cuestión del destino se acaban asemejando. Esto último le ha sucedido al tarraconense Miguel Palanca que, tras pasar por varios equipos españoles, vestirá la elástica grana como hizo su padre, Santi Palanca, que jugó la friolera cifra de 200 partidos con el Nàstic de Tarragona.

El interior regresa a territorio español tras vivir una pequeña aventura por tierras australianas en el Adelaide United, donde compitió por ganar el título liguero. Una nueva andadura que se produjo tras no lograr el protagonismo deseado en el CD Numancia.

Un futbolista que se caracteriza por su gran habilidad con el balón en los pies, su gran verticalidad y la explosividad con la que arranca para vencer a sus rivales por velocidad. Además, Palanca es un hombre con buen criterio en sus decisiones, sobre todo a la hora de asisitir.

El tarraconense debutó en Primera División con el RCD Espanyol bajo la batuta de Ernesto Valverde. Unas actuaciones que le llevaron hasta la capital donde terminó disputando un total de tres partidos en el Real Madrid.