Vuelta a la rutina. Tras un fin de semana de descanso sin competición de bronce, CA Osasuna y Nàstic de Tarragona reemprendieron este sábado en El Sadar la Liga Adelante. Los locales comenzaron el encuentro como cuartos clasificados y los visitantes como quintos, por lo que este se presentaba como un interesante encuentro.

Partido atascado

Desde los primeros compases este se dejó entrever como un partido tosco, con mucha presencia en el centro del campo y pocas jugadas en los metros finales. En el segundo minuto de juego un centro desde la banda derecha de José García llegó al corazón del área defendida por Reina, pero Nino no lo consiguió rematar por poco. Cinco minutos más tarde contestó el Nàstic con un chut de Rocha que se marchó por encima del larguero local.

Apenas hubo ocasiones en la primera mitad

Con una posesión bastante igualada y mucho juego en el centro del verde, las pocas llegadas de peligro llegaban a balón parado. Más concretamente, en dos faltas a favor de Osasuna. La primera, cometida por Xavi Molina -quien no vio la tarjeta amarilla-, fue enviada a la izquierda de Reina por Roberto Torres (16’). Casi diez minutos después la falta fue sacada desde la misma línea de la frontal. El ejecutor fue el mismo y esta vez el balón fue directamente a las manos del portero visitante (25’).

Osasuna ganó presencia

Con el paso de los minutos el equipo local comenzó a ganar más presencia en los metros finales, aunque, eso sí, inquietó a Reina pero sin demasiada sensación de peligro. De hecho, la única ocasión destacable fue una falta lateral que acabó con el balón paseándose por el área pequeña del Nàstic y después siendo rematado por Roberto Torres al lateral de la portería grana (32’).

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En los últimos minutos de la primera parte Osasuna se fue haciendo más fuerte. (Imagen: LaLiga).

Aunque estos momentos no estaban siendo los mejores para los granas, la última llegada de peligro de la primera mitad fue para ellos. Directamente desde la portería, Reina mandó un balón en largo que Palanca consiguió controlar cerca de la frontal local. Cuando armó la pierna para buscar la meta rival, Miguel Flaño se lanzó el césped y taponó el chut con el cuerpo, ahorrando faena a su meta Nauzet Pérez (42’).

Llegaron los goles

Como si de una declaración de intenciones se tratase, Osasuna salió muy fresco de los vestuarios y cuando se llevaban jugados muy pocos segundos de la segunda parte tuvo una clara ocasión. Al contraataque, Roberto Torres se quedó cara a cara con Reina. El jugador local chutó y se encontró con una gran parada de Manolo a mano cambiada para evitar el 1-0.

En el 52’ Pablo Marí cayó derribado en el área y el colegiado entendió que era penalti de David García. Tomó la responsabilidad Marcos, quien, con mucha tranquilidad, tiró el penalti por el centro y batió a Nauzet subiendo el 0-1 al electrónico. Pero poco le duró la alegría a los catalanes, porque en el 61’ el empate volvió al marcador de El Sadar: Olavide, recién incorporado, centró desde la banda derecha y Marí acabó marcando en propia puerta.

Ocasiones sin recompensa

El gol de Marí en propia puerta hizo que Osasuna pusiera una marcha más. La última media hora de juego tuvo claro color rojillo y, esta vez sí, tuvieron algunas buenas ocasiones. Era el 76' cuando Olavide, desde el punto de penalti, impactó el balón con dirección a meta. Por suerte para los intereses catalanes, Xavi Molina taponó este chut con el cuerpo. Sólo un minuto después Oier chutó a puerta y Iago Bouzón rechazó el balón con el estómago desde la misma línea de gol.

Los jugadores de banda del Nàstic tuvieron muy poca presencia. (Imagen: LaLiga).
Los jugadores de banda del Nàstic tuvieron muy poca presencia. (Imagen: LaLiga).

Osasuna estaba buscando desesperadamente el gol. Los navarros también pidieron algunos penaltis, pero ni las ocasiones se convirtieron en gol ni el colegiado señaló ninguna pena máxima. En el 79' de nuevo Olavide tuvo el gol en sus botas: esta vez Reina atrapó su chut desde dentro del área pequeña y con poco ángulo. En el último minuto de añadido los locales tuvieron a su favor una falta que acabó siendo centrada al área. Hasta dos jugadores locales cayeron al césped. El árbiro señaló el final y los jugadores desfilaron a los vestuarios.