Partido bipolar el que se vivió este sábado sobre el césped del Nou Estadi entre el Nàstic de Tarragona y el CD Numancia. La primera parte tuvo numerosas ocasiones, fue emocionante y tuvo más control visitante. Por contra, en la segunda mitad y después de que Emaná hiciese el único gol del partido, el Numancia tomó el control del partido y se vio un juego más tosco y con muchas menos ocasiones. Tan pocas que el Numancia, pese a quererlo, no encontró el empate.

Inicio muy vivo

Si la primera ocasión del partido llegó cuando sólo se llevaban jugados dos minutos -un fuerte chut de Lobato que Juan Pablo atrapó en dos tiempos- no fue de casualidad, y es que el partido fue muy emocionante y vivo desde el pitido inicial. El Nàstic comenzó el partido con una superioridad bastante clara que se fue diluyendo con el paso de los minutos, no porque el Numancia le robase la posesión, sino porque comenzó a llegar a la meta de Reina con peligro. En el 15’ Pedraza estuvo a punto de marcar con un chut de falta que Reina rechazó en el área pequeña, donde Mossa mandó el balón a córner.

La presión de Naranjo puso en problemas a Juan Pablo | Foto: LFP.
La presión de Naranjo puso en problemas a Juan Pablo | Foto: LFP.

Recién superado el primer cuarto de hora de juego Pedraza vio cómo su gol de cabeza acabó no subiendo al marcador, pues la jugada estaba anulada porque el balón había salido fuera antes de que este lo rematase. Casi de forma inmediata el Numancia montó un contraataque que acabó con un chut de Nacho. El balón, después de haber sido tocado por Reina, se marchó por línea de fondo rozando con el palo derecho. El mismo Nacho, ya en el minuto 20, obligó a Reina a hacer una buena parada para evitar el 0-1.

Ocasiones granas

Una vez superado el ecuador de la primera mitad el Nàstic volvió a ser el dominador absoluto del partido, a la vez que protagonizó las ocasiones más claras. En el 25’ un chut de Naranjo desde la frontal fue rechazado providencialmente por Juan Pablo con una gran estirada. En el consiguiente córner Pablo Marí remató a las manos del guardameta numantino. Más adelante fue Muñiz, con un fuerte y lejano chut, quien obligó a reaccionar al portero visitante (33’).

En los últimos minutos las ocasiones granas se sucedieron, cada cual más clara. En el 36’ un saque de córner de Juan Muñiz estuvo a punto de convertirse en un gol olímpico, algo que evitó Juan Pablo con su manopla aunque no lo viese el colegiado. Cinco minutos después, cuando parecía que la jugada no tenía ningún peligro, Emaná encontró el hueco y mandó el balón al palo. El rechazo cayó a pies de Naranjo, pero este tampoco estuvo acertado y mandó el esférico por encima del larguero. Los sorianos respondieron con un buen disparo de Íñigo Pérez (43’), y en el último minuto de la primera mitad el local Suzuki mandó el balón al palo en una jugada ensayada que estaba anulada por fuera de juego.

Un gol y otro fantasma

Primer minuto de la segunda mitad, primer gol del partido. En una jugada al contraataque Naranjo protagonizó una gran jugada individual que culminó con un centro al área pequeña. Allí apareció Achille Emaná, quien sólo tuvo que empujar el balón para que el 1-0 subiese al marcador.

Naranjo fue el asistente en el 1-0 | Foto: LFP.
Naranjo fue el asistente en el 1-0 | Foto: LFP.

Como consecuencia del gol grana el Numancia puso toda la carne en el asador y fue a por el empate. Antes, pero, el Nàstic pudo marcar mediante Iago Bouzón al remate de un córner, pero el portero numantino lo evitó (49’). Dos minutos después, Valcarce, desde dentro del área, puso en estragos a la zaga grana. Pero cuando más cerca estuvo del gol el equipo visitante fue en el 53’: un grave error defensivo de Mossa dejó a Nacho solo con la portería vacía, pues Reina estaba ya batido. El lateral grana Mossa se redimió del error con una carrera que le sirvió para sacar el balón sobre la misma línea de gol. De hecho, muchos creyeron que el balón había superado totalmente la línea de cal y el gol debía subir al marcador. Pero después de unas milésimas de segundo de tensión en ambas hinchadas, el colegiado interpretó que no había sido así y el juego continuó sin alteración en el marcador.

Quiero y no puedo

La segunda parte tuvo claro color visitante. El Numancia tuvo más control del balón, aunque no fue un dominio abrumador, y se volcó a por el empate, aunque le faltaron ocasiones. Lo buscó con numerosos saques de esquina y centros desde la banda, pero no tuvo suerte. Una de los pocos disparos a puerta fue el de Medina en el 84’ que, de hecho, ni fue entre los tres palos, porque se marchó fuera rozando la escuadra. El peligro visitante fue constante hasta el último minuto, pero todos los centros eran estériles. Además, en el último minuto del tiempo de añadido, Valcarce vio la segunda tarjeta amarilla por simular penalti y acabó dejando al Numancia con diez hombres.