El Nàstic tuvo una noche negra el pasado viernes, recibiendo un correctivo por 1-3 del Elche. Los ilicitanos parece que juegan más sueltos y sin presión lejos de su estadio, de hecho han conseguido las mismas victorias en casa que fuera, dato muy poco común en la Segunda División. Buena prueba de ésto fue lo bien que jugó el Elche y cómo supo gestionar el partido en todo momento.

No es habitual que un equipo reciba tres goles y el mejor del equipo sea el portero, pero esto demuestra que el Nàstic cuajó un partido muy malo y que si no fuese por el de Villanueva del Trabuco, la velada habría podido acabar en una sonora pitada tras recibir cuatro o cinco goles en casa. 

Reina recuperó con Merino la titularidad después de estar lesionado durante prácticamente media temporada. Lo cierto es que Dimitrievski dio un muy buen rendimiento pero el liderazgo que ofrece Reina bajo los palos y su capitanía inclinaron a Merino a optar por el andaluz.

Reina tuvo trabajo desde los primeros minutos. En el minuto siete Hervías tuvo que hacer su primera aparición ante un disparo de falta de Hervías, que solventó con seguridad el guardameta. Durante toda la primera mitad, tuvo bastante repercusión en la salida de balón tarraconense por la presión avanzada del Elche, que provocó muchos pases de los centrales a los porteros para reiniciar las jugadas. 

En el minuto 23 volvió a aparecer el capitán del Nàstic para solventar otra ocasión clara para los visitantes. Hervías, qeu fue un tormento para la defensa grana, asistió a Dorca que disparó directo a portería, pero otra vez Reina salvó el gol. 

Por último, la gran intervención del portero llegó en una jugada mal defendida por el Nàstic en la que Pelayo se quedó solo dentro del área para definir a placer, pero Reina salió rápidamente a cubrir la totalidad de la portería y salvó otro gol que hubiera hundido al Nàstic.