Jornada vital para muchos equipos de la zona baja de la clasificación, no solo porque ya llega el tramo final de la temporada y cada partido puede valer mucho, sino porque además era una jornada con tres partidos entre rivales directos, como fue el Mirandés - Alcorcón de ayer (con victoria local), el Almería - Zaragoza de mañana y el encuentro que nos ocupa, el Mallorca - Nàstic.

Juan Merino presentó novedades en el once inicial ante los bermellones. Después de dos partidos consecutivos sin jugar ni un solo minuto, Achillé Emaná volvió por fin a gozar de la titularidad en detrimento de su hermano Stephane. En el centro de la zaga, el tarraconense Xavi Molina sustituyó a Suzuki, que se quedó como único defensor en el banquillo después de la lesión de Djetei, que le dejará fuera de los terrenos de juego hasta el final de temporada.

Tanteo inicial

En los primeros instantes de partido los dos equipos tantearon al rival y no hubo grandes ocasiones de gol. En el minuto 15 un buen centro de Tejera fue rematado por Barreiro, pero se fue por encima del travesaño. En el 17 apareció el fantasma que lleva persiguiendo al Nàstic durante toda la temporada, las lesiones. Madinda notó molestias  y de inmediato pidió el cambio consciente de que se le había acabado el partido. Juan Muñiz lo reemplazó para ocupar su posición. Tres minutos después fue Emaná el que también dio el susto con un golpe en el tobillo que le retiró del campo durante unos minutos, pero por suerte pudo volver sin más problemas aparentemente. 

La primera parte estuvo marcada por la escasez de ocasiones y las lesiones en el Nástic

El partido avanzaba sin un dominador claro y sin llegadas peligrosas de ningún equipo, aparte de tres centros del Nàstic que acabaron sin nada concreto. La primera ocasión clara llegó en el minuto 41, cuando Emaná se quedó solo delante de la portería del Mallorca, pero llegó forzado y golpeó directamente al centro y Santamaría pudo rechazar el balón. Los problemas físicos no dejaron de perseguir a los catalanes. Esta vez fue Manu Barreiro el que tuvo que ser sustituido por problemas musculares. Álex López, de perfil similar al de Barreiro, fue el reemplazo.

En la primera jugada de la segunda mitad, el Nàstic ya gozó de una buena ocasión, a través de una jugada individual de Valentín, que puso el balón al corazón del área pero no encontró rematador. No fue hasta el minuto 59 cuando llegó la primera ocasión clara de los mallorquines, en un córner picado por Angelinho que Raíllo remató. Con Reina batido, Emaná apareció para rechazar el balón bajo palos y hacer que el resultado siguiera 0-0.  

En el 64' fue el Nàstic el que pudo haberse adelantado, con un pase en profundidad fenomenal a Valentín, que se durmió y tardó demasiado en disparar, de manera que Angelinho llegó a alcanzarlo y enviar el balón a córner. 

Oportunidades finales para ambos

En el último tramo del partido, el Mallorca, consciente de que si no reaccionaba se quedaría como colista de la clasificación, apretó al Nàstic y tomó el control de la pelota, principalmente a través de los cambios que introdujo Barjuan, como Lago o Lekic. En el minuto 84, Santamaría salvó al Mallorca en dos ocasiones consecutivas. Primero, un centro chut de Muñiz se envenenó y casi se coló por encima del guardameta, que finalmente rechazó el balón. En ese mismo córner, Perone recogió un rebote y remató como pudo desde dentro del área pequeña, pero Santamaría volvió a sacar una mano milagrosa bajo palos para desbaratar la ocasión.

Tanto bermellones como tarraconenses tuvieron sus opciones al final, pero el marcador no se movió

El Mallorca también tuvo su oportunidad para llevarse el gato al agua. En un centro de Angelinho, el cabezazo de un jugador local se fue directamente al palo y el siguiente remate de Brandon a bocajarro quedó invalidado por fuera de juego. Ya en el tiempo añadido, fue Lago Junior el que habría podido marcar a su ex equipo llegando desde el segundo palo en un centro de Pol Roigé, pero una vez más el remate se fue rozando el palo.

Al término de los 90 minutos, empate sin goles en un partido en el que prácticamente no se crearon oportunidades, pero que cualquiera habría podido ganar. A la espera del final de la jornada, el Nàstic se queda un punto por encima de los puestos de descenso y está obligado a ganar el próximo partido ante otro rival directo, el Mirandés.