Ganar o salir derrotado. Sin medias tintas. Sin contemplaciones. Así puede resumirse la temporada de Osasuna hasta ahora. El 'cerocerismo' con el que muchos han atacado a los rojillos años atrás ha dejado paso al inconformismo y el riesgo que éste supone.

Osasuna ha empatado tres partidos en todo el año teniendo en cuenta la Liga y la Copa del Rey. Diez derrotas y cuatro victorias completan la tarjeta de presentación de un equipo que rebosa moral mientras continúa coqueteando con el descenso. Como siempre, en los asuntos que rodean al conjunto navarro, es difícil encontrar una sola razón que explique tal fenómeno. Sin embargo, existen muchos argumentos para pensar en positivo y concluir que el equipo de Javi Gracia ya no es el que era.

En la 2011/12 Osasuna empató 15 partidos en Liga, este año sólo dos y ante Barcelona y Real Madrid

Desde la temporada 09/10, el porcentaje de empates por año ha sido elevado. En esa campaña el conjunto dirigido por José Antonio Camacho terminó con diez empates y tres de ellos con un marcador de 0-0. En la 10/11, fueron nueve los partidos finalizados con reparto de puntos; cinco de los cuales fueron por 0-0. Más significativos supusieron los resultados al año siguiente en el que Osasuna consiguió terminar séptimo en la clasificación sumando la friolera de 15 empates en Liga. Con otro más en Copa, el 'cerocerismo' seguía presente entre la parroquia osasunista y de nuevo fueron cinco las ocasiones en las que se terminó con 0-0. En la temporada pasada, la 2012/13, se repitieron las estadísticas de dos años atrás con nueve empates totales y cinco de ellos sin goles.

Javi Gracia y un cambio de estilo

El método funcionaba y la línea a seguir estaba marcada: juego serio en defensa, encajando pocos tantos en contra y buscar goles que valgan tres puntos. Esa parecía ser la filosofía de un conjunto en el que lo primero era sumar y luego hacerlo de tres en tres.

En la jornada cuatro y tras cuatro derrotas en Liga, José Luis Mendilibar fue destituido y Javi Gracia ocupó su lugar sabiendo que debía arriesgar y que sumando de uno en uno el equipo no saldría del bache. Sin unos números espectaculares, el entrenador rojillo ha conseguido desde entonces cuatro victorias, tres empates y seis derrotas. Teniendo en cuenta el paso por El Calderón (2-1 para los rojiblancos) y las visitas de Barcelona y Real Madrid, saldadas con los dos únicos empates en Liga de Osasuna hasta el momento, los números parecen mejorar ostensiblemente. Y no sólo ellos, sino la imagen  ofrecida por el equipo, que espoleado por una afición entregada, ha conseguido lo imposible: generar de los empates sensaciones de victorias. Éste es el toque mágico de Gracia y los suyos. Antes empatar era señal de conformismo, ahora lo es de lucha y capacidad de sacrificio.

Plantar cara a Barça y Madrid han sido dos muestras de lo citado anteriormente pero el ejemplo perfecto del nuevo Osasuna fue el empate a tres conseguido en La Rosaleda frente al Málaga. En una segunda parte increíble, los navarros pasaron del 3-0 al 3-3 en el feudo andaluz dejando la eliminatoria con todo por decidir para la vuelta.

Los precedentes con el Málaga son favorables para Osasuna que desde 2009 no pierde ante los blanquiazules. En aquel encuentro los rojillos sucumbieron por dos goles a tres y terminaron con ocho jugadores sobre el césped siendo expulsados Puñal (42’), Josetxo (69’) y Vadocz (90’). Desde entonces, dos empates y una victoria local han sido los resultados de los Osasuna–Málaga. Todos ellos darían la clasificación para Octavos de Final de Copa a los de Javi Gracia. El martes a las 20:00h, se sabrá si el empate de la ida tiene tanto valor como los logrados ante Madrid y Barça