Osasuna y Celta llegaban con la necesidad de ganar y con la mente puesta en despedir el año a lo grande. Los navarros visitaban Balaídos eufóricos tras vencer la eliminatoria copera y empatar ante el Real Madrid en la última jornada de Liga. Los gallegos, que sólo han conseguido una victoria en su campo en la competición de la regularidad, tenían la oportunidad perfecta para distanciarse del descenso y afrontar el nuevo año con menos agobio. Pero ninguno se llevó el gato al agua y el empate se antoja escaso para ambos.

Inicio con poca intensidad

Los primeros minutos trascurrieron sin sobresaltos, sin presión arriba y con poca profundidad. Los dos conjuntos trataban de asegurar la posesión y cometer los menores errores posibles. El Celta tocaba en su campo y Osasuna esperaba atrás bien plantado.

La profundidad de los laterales rojillos era la mejor arma de los de Javi Gracia. Damiá, que jugó un gran encuentro, y Marc Bertrán buscaban la espalda de Jony y Aurtenetxe en las transiciones mientras que del lado celtiña, Orellana era el más activo. Muchas apariciones del chileno durante los primeros compases del encuentro aunque sin demasiado peligro para Andrés Fernández. Un lanzamiento de falta suyo y un disparo de Rafinha fueron las acciones más peligrosas del conjunto de Luis Enrique.

Osasuna toma el mando

En el minuto 14 la tuvo Osasuna tras un buen centro de Armenteros en el que Cejudo cedió atrás para que la empujara Oriol Riera pero Andreu Fontás, providencial, apareció para despejar el balón en la boca de gol. En el minuto siguiente era Roberto Torres el que estaba a punto de marcar, pero su remate salía desviado.

Tras perdonar dos veces, a la tercera llegó la vencida y se adelantaban los rojillos. Armenteros combinaba con Oriol Riera y tras una fenomenal pared el argentino se plantaba frente a Yoel rodeado de contrarios y le batía con un toque sutil de puntera para poner el 0-1 en el 16'.

Esos fueron los mejores minutos de Osasuna. El Celta acusó el mazazo del gol y de nuevo Armenteros disparaba al palo en lo que podía haber sido el 0-2. Mucho perdonaron los navarros en esa fase del partido. En el 23', Oriol Riera estaba a punto de marcar pero como en la acción anterior, la defensa gallega se adelantaba sobre la línea de gol ante la desesperación de Javi Gracia, sabedor de que la sentencia debía llegar antes de que el Celta reaccionara.

Del alboroto y vendaval rojillo se pasó a la calma. El partido perdió en intensidad con los minutos y sólo un disparo de Krohn-Dehli inquietó a Andrés Fernández. Parecía que el partido seguiría con un ritmo lento pero entonces el Celta lograba empatar en el 33' con una acción desafortunada en la que Lolo peinó hacia su portería un centro de Rafinha. Tras el tanto, los de Luis Enrique dominaron y tuvieron más posesión pero de nuevo sin profundidad y el marcador se mantuvo en empate hasta el descanso.

Mucha disputa, poco espectáculo

La segunda mitad comenzó como la primera, con Osasuna más activo en ataque y el Celta sin dominar tan claramente como antes del descanso. Cejudo y Armenteros probaban desde lejos pero Yoel atajaba con seguridad en ambas oportunidades. Eso fue lo más destacado de Osasuna en casi toda la segunda parte.

Sin demasiado ritmo y con muchas imprecisiones transcurrían los minutos en Balaídos. Ante la falta de profundidad y la ausencia de ocasiones Luis Enrique movía el banquillo dando entrada a Nolito primero y Álex López después, mientras que Javi Gracia hacía lo propio con Oier Sanjurjo. Fue precisamente Nolito el que reactivó a los suyos con más presencia en ataque. El gaditano lo intentó desde fuera del área buscando el palo largo pero Andrés reaccionó con maestría despejando el balón. Apretaba el Celta buscando con más ahínco la portería rojilla pero no terminaba de llegar con claridad.

Con el partido más estirado Manu Onwu entraba por Armenteros que se iba con molestias del terreno de juego. Osasuna ganaba enteros saliendo a la contra mientras que el Celta dominaba la posesión y controlaba el juego. El empate lejos de casa parecía verse con buenos ojos en el lado navarro. Los vigueses, en cambio, eran más inconformistas y apretaron más en el tramo final.

Sin acierto de cara al gol y con una buena actuación de Andrés Fernández bajo palos se llegó al final del partido. En el minuto 90 Patxi Puñal tuvo la victoria en sus botas a balón parado pero su disparo en una falta fuera del área lo paró bien Yoel. El Celta termina el año décimoquinto y con 16 puntos mientras que Osasuna lo hace en puestos de descenso con uno menos.