Osasuna pisaba el césped del Santiago Bernabéu sabiendo que este no era un partido de ‘su liga’. Era un partido en el que los pupilos que sacase al terreno de juego Enrique Martín Monreal tenían que divertirse.  El de Campanas sacaba un once en el que el dominicano Tano Bonnín ocupaba el puesto de carrilero derecho y Kenan Kodro salía en la punta de ataque junto a Emmanuel Rivière, cuando en las quinielas estaba el catalán Oriol Riera por delante del bosnio.

“Quiero que mi equipo disfrute”

En la rueda de prensa previa al partido, el técnico rojillo dejaba claro que quería que el equipo estuviera suelto, dinámico, que disfrutase este momento tan bonito y apasionante, porque a Osasuna le había costado mucho llegar hasta aquí.

Con el pitido inicial la imagen de Osasuna era la de un equipo valiente, sin miedo, pero con respeto al rival, con las ideas claras y tratando de tú a tú al rival. Ese tú a tú duraba casi una parte, hasta que el conjunto de Zidenide Zidane se imponía, al filo del descanso, por un claro 3-0.

Cristiano vuelve con gol

Este partido estaba señalado en el calendario de toda la parroquia blanca, debido a que era la fecha que se marcaba el jugador portugués para volver a competir con el equipo de Chamartín. 5 minutos después de debutar en liga, el luso empujaba a la red un balón centrado de Gareth Bale, en posición dudosa del galés, con un Nauzet ya batido.

A partir de ese gol, Osasuna no renunció ni al balón ni a sus ideas y dominó algún que otro tramo del partido, llegando a tener ocasiones para establecer el empate. La más clara llegaba en el minuto 39, cuando un balón centrado al área por Oier Sanjurjo era mandado al travesaño de la portería de Kiko Casilla por parte de Unai García, que se había quedado en arriba después de un córner.

En el fútbol hay una premisa que dice que ‘el que perdona, al final la acaba pagando’. De lo que podía haber sido el empate a uno se pasó al 3-0 en seis minutos. Una contra del conjunto blanco, acompañada de un mal despeje del conjunto rojillo hacía que Danilo, que había acompañado la jugada, batiera la portería rojilla con algo de paciencia. El tercer gol lo anotaría Sergio Ramos, haciendo lo que mejor sabe el camero, que es cabecear a la red una jugada a balón parado.

Osasuna cambia el lavado de cara en una parte marcada por la polémica arbitral

Las salidas de Oriol Riera y de Jaime por el debutante Rivière y Kenan Kodro, daban un aire fresco al ataque rojillo, que pese a ir por debajo en el marcador, no quería irse del feudo blanco sin obtener el premio del gol.

Pero quien volvía a golpear de nuevo era el Real Madrid con un gol polémico en el que Pepe comete falta sobre su defensor navarro y marcaba, tras un saque de esquina, el cuarto gol del equipo blanco. Un gol en el que Nauzet pudo haber hecho algo más y en el que ni el árbitro, ni el asistente, vieron la falta del central luso.

La siguiente jugada polémica, donde no hay duda, sería en el quinto gol. Álvaro Morata recibía el balón dentro del área rojilla en claro fuera de juego, una situación en la que el linier, incomprensiblemente, no levantaba su banderín, por lo que Luka Modric, tras recibir el balón de Morata, anotaba el quinto gol con un preciso disparo ajustado al palo izquierdo de la portería de Nauzet.

Dos minutos después, Oriol Riera remataba picado abajo un balón de Miguel De las Cuevas y recortaba distancias estrenándose como goleador rojillo en esta segunda etapa luciendo la camiseta de Osasuna.  Minutos más tarde llegaba otra jugada polémica. Jaime era derribado dentro del área por Sergio Ramos y Oier, acto seguido, marcaba y establecía el 5-2, pero el árbitro anuló el gol pitando la pena máxima que fallaría, a la postre, Roberto Torres. Minutos después, David García anotaba su primer gol en Primera al rematar a la red un córner que fue aplaudido por parte de la grada local y que dejaba el definitivo 5-2.