Acabó cayendo el CA Osasuna frente al RCD Espanyol en El Sadar en un partido muy trabajado por el conjunto de Enrique Martín, al que la suerte abandonó, puesto que tuvieron muchas ocasiones que desperdiciaron, mientras que el Espanyol tuvo menos ocasiones pero se mostró muy contundente y fue capaz de matar el partido.

¿La buena noticia? Que el venerado killer Sergio León, que protagonizó un auténtico culebrón, acabó por meter su primer gol al servicio de Osasuna en competición oficial, cuando en los mediados del segundo tiempo, lanzó al fondo de las mallas y por el palo corto un balón que le llegó en un contragolpe. Dicho tanto sirvió para poner el empate en el marcador, no obstante, al par de minutos Gerard Moreno se volvió protagonista al realizar una genialidad con la cual quebró el empate, un auténtico jarrazo de agua fría.

Con todo el trabajo y el desgaste que había hecho el equipo fue una pena no llevarse los tres puntos, pero al menos el atacante empezó a cobrar confianza y mejoró los pobres números ofensivos que estaba sosteniendo Osasuna, cuya eficiencia de cara a portería es muy mejorable. La afición espera que este primer gol le sirva para entrar en la tónica necesaria para mostrar la calidad y el instinto goleador que desplegó la pasada temporada, cuando la rompió en la segunda división portando los colores del club ilicitano.

Además, con este gol, toma ventaja en la lucha por la titularidad, puesto que se une a Oriol Riera a la pobre lista de goleadores de los rojillos. Por el momento, el delantero se ha limitado a mantenerse optimista y ha compartido sus sensaciones con el público, confiando en que "cuando llegue la primera victoria, llegarán muchas más". Como mínimo, él ya ha dejado su carta de presentación, y seguro que Enrique Martín lo tendrá muy en cuenta en sus planes.