El próximo objetivo rojillo es la UD Las Palmas. El conjunto canario está siendo una de las revelaciones del arranque liguero. Suma ya diez puntos, y es séptimo a tan sólo un punto de puestos europeos. En su haber, tres victorias, un empate (cosechado el pasado fin de semana frente al Real Madrid) y dos derrotas. Al margen de los merengues y del FC Barcelona, es el conjunto más goleador de la categoría, con una media de más de dos tantos por encuentro.

Indudablemente, viendo los números de su equipo, es obvio que Quique Setién apuesta por un fútbol netamente ofensivo. Sólo de esa manera se explica que haya conseguido, en las seis jornadas que se han disputado, batir su propio récord goleador, consiguiendo además anotar en todas las jornadas disputadas. El técnico santanderino es de los que gustan de ofrecer un juego de toque y combinación, con buen trato de balón. Pese a que sus cifras defensivas no son halagüeñas (Las Palmas ha encajado 11 tantos) su poderío ofensivo las compensa con creces. El buen estado de forma de jugadores como Tana (máximo anotador del conjunto canario) sumado a la presencia de futbolistas de talla como Araujo, Boateng o Livaja facilita la labor al entrenador.

Fiel a sus ideas, Setién propone un juego que arranca desde atrás, donde el equipo presiona al máximo para intentar recuperar la pelota cuanto antes. A partir de ahí la paciencia y el buen hacer de sus jugadores hace el resto: el balón sale jugado con toque y precisión. La posesión también es fundamental para él, cuanto más tenga el balón su equipo, menos lo tiene el rival, y, en consecuencia, de menos oportunidades de ataque dispondrá. Así, la temporada pasada tras la llegada de Setién al banquillo, Las Palmas se convirtió en uno de los equipos con mayor porcentaje de posesión de la liga.

Con estas ideas de juego y su buena impresión sobre el césped, es indudable que Setién se ha convertido en el responsable de la permanencia de su equipo el curso pasado y de su extraordinario arranque esta temporada. Enrique Martín y sus pupilos tienen mucho trabajo por delante para frenar a esta máquina de fútbol amarilla.