En el fútbol se habla mucho de los goles ‘psicológicos’. Estos son aquellos que se marcan en momentos clave de un encuentro, normalmente al principio o al final de cada mitad. Se les suele dar ese nombre por lo que suponen para el equipo que los recibe, habitualmente un cambio de planes que no acostumbra a dar los mejores frutos. Recibir un gol al inicio del partido puede echar al traste la preparación de toda una semana. Y encajarlo al final echa por tierra el esfuerzo de todo el partido.

Osasuna lleva, en las siete jornadas disputadas, siete tantos recibidos en momentos clave. Dos de ellos han llegado en el arranque del encuentro. Frente al Real Madrid, Ronaldo abrió la lata en el minuto seis de encuentro, cuando los rojillos habían arrancado con varias llegadas y buenas sensaciones. Cinco minutos tardó el Villarreal en perforar la portería navarra. Pato estrenó el luminoso aprovechando un error de la zaga osasunista.

El final de las primeras partes también está conllevando disgustos para los navarros. La Real Sociedad anotó su primer gol en El Sadar en el descuento de la primera mitad gracias a Juanmi. De la misma forma, el Real Madrid marcaba el tercero en el mismo minuto por mediación de Danilo tras un mal despeje de Nauzet. Unos pocos minutos antes, en el 42, se puso por delante el Espanyol, gracias a un buen testarazo de Leo Baptistão.

Los dos últimos mazazos psicológicos llegaron en los últimos compases de los duelos. La Real Sociedad cerró el partido en el 81 merced a un gol en propia puerta del central navarro Unai García. Y el último, y más doloroso mazazo, llegó el pasado fin de semana cuando David García, central de Las Palmas, culminaba el empate y remontada de su equipo con una diana en el 91 de partido. Un cruel final.

Cabe la posibilidad de analizar si estos goles en contra se reciben por problemas de concentración o actitud, si los rojillos salen al terreno de juego con menos intensidad de la debida y si se relajan cuando el colegiado está a punto de señalar el final de alguno de los tiempos. En cualquier caso, lo que sí hay que tener en cuenta es que en Primera División los errores se pagan muy caros. Enrique Martín deberá poner el foco en esos minutos clave.