Poco a poco la enfermería de Osasuna se va desalojando. Tras un inicio de competición en el que el equipo rojillo ha llegado a contar hasta con seis bajas, los jugadores se van recuperando de sus dolencias y empiezan a estar a las órdenes de Enrique Martín, que en estos momentos sólo cuenta con la baja segura de Javier Flaño.

Los dos casos más importantes son los de Didier Digard y Goran Čaušić. Los dos centrocampistas todavía no han debutado con el equipo, pero ambos están completando los entrenamientos de esta semana con el resto de la plantilla, por lo que ya cuentan con el alta médica. El primero llegó al club el último día de mercado de fichajes y se lesionó en uno de sus primeros entrenamientos, el 6 de septiembre. Una rotura en el sóleo le ha mantenido poco más de un mes apartado de los terrenos de juego.

Por su parte, Čaušić causó baja con la temporada a punto de arrancar. Tras haber disputado varios minutos en pretemporada, unas molestias le hicieron entrenar al margen del grupo. Tras comprobar que dicha dolencia no remitía, fue sometido a unas pruebas médicas que confirmaron que padecía un edema endomedular en el astrágalo del tobillo izquierdo. Unido a unas molestias en el sóleo, esto provocó que el serbio no pudiese aportar en el césped.

El que también parece recuperado es Mario. El guardameta cántabro ha comenzado este martes a trabajar bajo palos a las órdenes de Sanzol, entrenador de porteros rojillo, y apunta a que puede llegar al partido contra el Eibar.

El que, según Martín, sí que jugará en Ipurúa si todo sigue como hasta ahora es Digard. El francés es una clara apuesta del técnico de Campanas para solucionar los problemas defensivos del equipo. Es un centrocampista de corte defensivo que puede aportar presencia y veteranía sobre el terreno de juego. Si las lesiones le respetan (en el Betis tuvo mala suerte, encadenando varias dolencias), puede ser un futbolista imprescindible en el esquema de Osasuna.