No pudo validar Osasuna su triunfo del pasado lunes en Ipurua ayer en El Sadar, cuando recibió a un Real Betis que no estaba pasando por su mejor momento, y que llegaba siendo duramente cuestionado, tanto jugadores como entrenador, y es que los verdiblancos lograron sacar los tres puntos de El Sadar in extremis, y con la colaboración de Nauzet, puesto que no fue hasta el descuento de la segunda mitad cuando los béticos lograron colocarse por delante en el marcador tras empatar el encuentro Osasuna nada más arrancar el segundo tiempo.

Arrancaría el encuentro con cierta timidez en ambos conjuntos. Osasuna lograría algunos acercamientos, varios de los cuales desembocaron en saques de esquina, aunque el Real Betis estaba manteniendo el control sobre la posesión del esférico y combinaba sin excesiva complicación, implicando esto que acabaran llegando eventualmente hasta las inmediaciones de la portería navarra, aunque ni rojillos ni verdiblancos creaban peligro real en los primeros compases del encuentro.

Pasaría el cuarto de hora para que se viviera la primera ocasión del partido, que estuvo en pies de Digard. El galo, cedido precisamente por el Betis a Osasuna, probó suerte con un tiro desde la frontal pero estuvo lejos de acertar. En la jugada inmediatamente posterior, el Betis lograría salir con rapidez y el balón acabó llegando a Petros, quien vio a Joaquín desmarcarse y a la zaga descolocada. Olió sangre y pasó el testigo al ex de Valencia, Málaga o Fiorentina. Envió un gran balón largo hacia el área, y entonces, se echaría las manos a la cabeza El Sadar. Nauzet amagó su salida, dudó y permitió a Joaquín llegó al esférico, y de primeras, y de un modo bastante heterodoxo, colocó el balón en el fondo de las mallas con una sutil vaselina.

Este tanto sentó como un jarrazo de agua fría en El Sadar. Osasuna se vino abajo, aunque se disimuló con la falta de mordida del Betis, que permitió a los navarros mantener algo más la posesión del esférico, aunque no llegaban ideas, y mucho menos, ocasiones. A pesar de ello, tuvo una muy buena Osasuna, cuando apenas pasaba la media hora de encuentor, cuando en un saque de esquina, Oriol Riera estuvo cerca de anotar de cabeza, pero el testarazo dio en un defensor, que procedió al posterior despeje.

No habría mucho en lo que restaba de primera parte. Osasuna lo intentaría, pero Sergio León estaba bastante espeso y no llegaba a funcionar. Tuvo una última oportunidad el atacante rojillo con una volea desde una distancia relativamente corta, pero el lanzamiento fue directo a las manos de Adán, por lo tanto, al descanso el marcador solo mostraba un tanto, el de Joaquín.

Y tras arrancar el segundo tiempo, había algunos que aún no habían vuelto a su asiento cuando la euforia invadió las gradas. Alex Berenguer, que cuajó una actuación más que destacable, protagonizó una muy buena internada por la banda zurda, que concluyó con un centro que se le fue, pero hacia la portería, para dar en el palo corto de Adán, que no se esperaba que el balón tomase tal efecto, y el rechace se quedó en el punto de penalti. Por allí apareció Roberto Torres, que cazó el rechace y fusiló la portería vacía para colocar el empate en el marcador.

Osasuna, impulsado por la natural reacción de El Sadar, trató de subir revoluciones al partido, y durante unos breves momentos, llegó a preocupar al Betis, que no se sentía nada cómodo sobre el terreno de juego, aunque con el paso del tiempo, iría amenizando y contemporizando el club rojillo, mientras que por efecto opuesto, el Betis tendría diversas ocasiones. En torno al 65, Joaquín aprovechó el desorden de la zaga local para desmarcarse. Sus compañeros leyeron sus intenciones y le mandaron el esférico. El andaluz se quedó solo ante Nauzet, al cual regateó sin problemas, pero se escoró demasiado y cuando trató de definir a puerta vacía, dio en el lateral de la red.

También la tuvo Sanabria unos minutos más tarde, cuando desde el interior del área, lanzó un potente remate que enviaría a saque de esquina Nauzet con un puño. A falta de cinco para el final, otra tendrían los verdiblancos, esta vez en cabeza de Brasanac sobre el punto de penalti, pero Nauzet respondió bien sacando el esférico. El posterior rechace se lo llevaría Cejudo, que probó suerte de primeras, pero se topó también con Nauzet.

Y llegaría la acción más lamentable del partido un minuto después, cuando Rivière sufrió un agarrón por parte de Brasanac. El francés, molesto, se revolvió, ante lo cual el bético cayó, y mientras estaba desplomándose sobre el terreno de juego, el atacante rojillo trató de propinarle una patada, una clara agresión que sancionó el colegiado con una roja directa.

Ya con diez, Osasuna no tuvo más remedio que limitarse a amarrar el empate y confiar en que tal vez llegara una contra que le permitiera cerrar la remontada, no obstante, en el descuento, en una falta sin peligro aparente, Felipe Gutiérrez lanzó un remate, uno bastante malo para ser francos, pero Nauzet cometió un terrible error cuando se fue al lado opuesto, y cuando trató de rectificar, el balón ya estaba en el fondo de las mallas. El Betis cantaba victoria y Osasuna, se ve de nuevo con el agua al cuello.