En el equipo rojillo no había conexión en el terreno de juego, los mediocampistas no distribuían bien la pelota, y eran muy estáticos, ante el Atlético hicieron un mal papel, sin posesión, claramente superados por un rival que en un minuto les metió dos tantos, uno a balón parado, fallar ocasiones claves como es un penalti, no crear peligro... Ya se comienza a discutir si de verdad la culpa la tenía Enrique Martín y, tras el batacazo en la Copa Del Rey ante el Granada por 1-0, se perdió aun más motivación, y si se podía tocar fondo, se tocó con la derrota ante el Sporting de Gijón y con la victoria de todos los equipos de la zona del descenso a excepción de Osasuna.

Ante Sporting jugó de titular Kenan Kodro, jugador que no estuvo ni mucho menos a un nivel aceptable, ni a la altura de las exigencias de un encuentro que Osasuna necesitaba tirar hacia adelante, fue clamoroso el encuentro y, encima tuvo que salir Sergio León al rescate  alrededor del minuto 70 a salvar los muebles, algo que ya no pudo ser, solo sirvió para marcar el tanto del honor para Osasuna y volverse con el rabo entre las piernas hacia Navarra, Riera no está tampoco a altura, Osasuna tiene un problema, y es su plantilla, en verano fichó mucho y fichó rápido.

Los jugadores no dan el nivel esperado, ni hacen grandes encuentros, no hay motivaciones, todos miran al suelo y solo Sergio León y Berenguer hacia el cielo, lo único que les faltaba es que perdiesen a esos jugadores por lesión o en enero partiendo hacia otro club más estable donde no peligrase su permanencia en Primera División. Si Osasuna en enero no ficha y no mentaliza a sus jugadores de que salgan a por todas, que no se vean superados por las circunstancias, no lograrán la permanencia.