La luz al final del túnel acabó siendo un tren que venía de cara. Uno contra el que se dio Osasuna. No fue capaz el combinado rojillo de prolongar más allá de una única victoria la vital reacción que protagonizó en el último partido del ya pasado año. Cayó irremediablemente derrotado ante la SD Eibar en El Sadar, en un partido desastroso para los hombres de Joaquín Caparrós, en el cual la única alegría fue el debut de Aitor Lorea con las filas del primer equipo en competición inicial.

El partido arrancaría ya con los armeros avisando, cuando Bebé protagonizó una muy buena arrancada por el carril zurdo para acabar forzando a Mario a sacar una muy buena mano ante un disparo desde unos 25 metros. Fue una acción inicial que no haría sino ejercer de preludio ante lo que acabaría aconteciendo a lo largo de todo el encuentro.

La poca ayuda que recibía Aitor Buñuel para defender el carril diestro sería probablemente una de las principales causas de la dura derrota. Luna y Bebé magullaban constantemente al joven del Promesas con constantes acometidas, que el joven defendía como buenamente podía. Además, la rapidez con la que se perdía el balón y lo firme que se encontraba Escalante dirigiendo al Eibar junto a Adrián no harían sino desequilibrar más aún la balanza.

Cerca de que se certificase la primera media hora de juego, azotó por primera vez el Eibar la red rojilla. Gálvez se introdujo en el campo de Osasuna sin oposición alguna. Tras ello, envió un gran balón a Luna, quien desde el perfil siniestro, envió un gran centro para que apareciese Nano, quien de primeras anuló la salida de Mario. Un tanto importante el anotado por el ex del Tenerife, que necesitaba confianza de cara a los próximos compromisos.

Pese a lo mal que estaba Osasuna, tuvo el empate tras una imprecisión defensiva. Estuvo en pies de Oriol Riera, cuyo intento se topó con un gran Yoel. Sin mucho más aconteciendo sobre el verde, se llegó al descanso con un Eibar que supo mantener a raya a Osasuna para no sufrir.

No obstante, cambió ligeramente el guión en los primeros compases una vez pasado el ecuador. Con la entrada de Berenguer, dio un salto de calidad el equipo navarro, que subió las filas y empezó a presionar más arriba, además de que adquirió verticalidad. Con él en el campo, por fin tenía Sergio León alguien con quien asociarse, y sería a partir de entonces cuando Osasuna logró generar cierto peligro.

En los mediados de la segunda mitad, tuvo dos muy claras Osasuna, la primera de Goran Causic, quien cabeceó demasiado alto un gran centro en un saque de esquina. Tras él, falló el que menos acostumbra a fallar. Sergio León aprovechó un error de Gálvez, o bien un acierto de Oriol Riera, para quedarse mano a mano con Yoel, sin embargo, se precipitó en el lanzamiento y envió el cuero al alcance del guardameta, que con la pierna rechazó la intentona.

Tras estas dos erratas, condenó el Eibar. Los de Mendilibar armaron una gran contra, y además, los navarros protagonizaron un horroroso repliegue. Con ello, acabó quedando Bebé solo dentro del área, y no falló. Fusiló a un Mario que no tuvo opciones para duplicar la renta. Tras ello, Osasuna ya no fue capaz de crear nada más de peligro, salvo alguna intentona de Berenguer y Sergio León, quienes se vaciaron por el equipo. También el debutante Aitor Lorea protagonizó alguna acción interesante. 

En el tiempo de descuento, otra gran acción ofensiva y un error de Iván Márquez permitieron a Adrián cabecear a placer ante Mario para colocar el tercero en el marcador. Osasuna quedó tocado, hundido, y tal vez algo más. Ahora, toca preparar otro partido de vital importancia, porque los de Caparrós recibirán a un Valencia que ha sido goleado en su feudo por el Celta.

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Sobre el autor
Gerard Escribano Gil
Fiel aficionado al Levante UD en todas sus secciones. Seguidor de: Aston Villa, Arsenal, Schalke, Fiorentina, 76ers, VLC Basket y Philadelphia Phillies. Amante del deporte en general, practicante de artes marciales.