Desde que se fue Unai Emery el pasado verano fijando sus objetivos en un proyecto mucho más ambicioso, nada más ni nada menos que entrenar al Paris Saint Germain, el equipo de Nervión tuvo que buscarse las migas y ponerse el mono de trabajo para hacer lo que siempre hace: reconstruir el equipo. Lo primero que tuvo que hacer fue reemplazar al entrenador. Se marchaba el hombre que ganó tres Europa League consecutivas y venía Jorge Sampaoli, un argentino campeón de la Copa América con Chile. A la baja del entrenador hay que sumar la de su delantero estrella, Kevin Gameiro, que hizo las maletas y puso rumbo al Atlético de Madrid, y las del eje del equipo: Banega al Inter de Milán y Krychowiak al PSG de Emery. Reemplazarlos no sería una tarea fácil.

Los comienzos siempre son difíciles pero no para los sevillistas que ven año tras año a sus estrellas marchar en busca de grandes triunfos o, en otros casos, de mayor salario. El trabajo de Monchi, su director deportivo, no es fácil pero siempre cumple y con creces. Ben Yedder, Sarabia, el “mudo” Vázquez y Nasri (cedido por el Manchester City) son algunos de los hombres que han reforzado este verano la plantilla de los andaluces. En el mercado invernal han incorporado a Jovetic que en dos partidos ha encajado dos goles. Ambos contra el Real Madrid.

El Sevilla, actualmente segundo en la clasificación a un punto del conjunto blanco (con un partido más que los de Zidane), comenzó ganando en casa 6-4 ante el Espanyol abriendo lo que sería una temporada, hasta ahora, inmejorable. El Sánchez Pizjuan es su fortín. Los de Sampaoli son el mejor equipo de primera jugando en casa con 24 puntos de 27 posibles, dejando escapar tan solo tres frente al F.C. Barcelona. No solo ha mejorado en el ámbito local sino que a estas alturas la temporada pasada llevaba 13 puntos y 14 goles menos y eso que, esta campaña, la falta de gol ha sido mencionada constantemente. El argentino ha conseguido traer al Pizjuan un juego vistoso y fluido con el que enamorar a sus aficionados y conseguir victorias para colocar a su equipo en el lugar que merece. Se ha metido en los octavos de la Champions League en un grupo bastante complicado demostrando que puede competir y vencer a cualquier equipo. Sin duda, este Sevilla es un hueso duro de roer.

Este domingo visitan El Sadar con la confianza muy alta tras conseguir los tres puntos la jornada anterior contra el Real Madrid. Equipo y afición remontaron un partido que se les ponía cuesta arriba con un penalti que transformaba Cristiano Ronaldo pero supieron sobreponerse gracias al esfuerzo, la lucha y la ilusión consiguiendo acabar con la racha de 40 partidos consecutivos sin perder del Madrid.

Ahora les toca centrarse en el presente y su presente pasa por medirse con el colista de la liga, el Osasuna. Un equipo que en casa siempre da la talla frente a los grandes y, necesitados de puntos, buscarán con ansía la victoria para intentar salir del pozo por la vía rápida, sumar de 3 en 3. Los sevillistas llegan con la baja de Vitolo por unas molestias en los isquiotibiales y de Correa por un esguince en el tobillo derecho.