Sonaba el silbato en el Reino de Navarra con ambos equipos buscando crear peligro en área rival. Un Osasuna muy intenso ya vería su primera amarilla a los dos minutos de partidos, después de la fea entrada de Fausto, que dejaba claro desde el inicio que la visita del segundo clasificado no sería un paseo. La insistencia de los rojillos se vería premiada al cuarto de hora de partido cuando Sergio León estrenaba el electrónico con un balón ajustado a la esquina inferior izquierda, tras una buena asistencia de Roberto Torres.

El gol volvía loca a la afición osasunista y el rumbo del choque cambiaba radicalmente. Sergio León siempre muy activo creaba peligro a la defensa visitante, pero justo cuando los de Vasiljevic creaban más peligro llegó el tanto del empate. Un gol obra de Iborra a escasos minutos del descanso, aprovechando un balón a portería vacía, que golpeaba psicologicamente a los locales de manera brutal.

Tras el paso por túneles de vestuarios Osasuna lo se achantó y siguió en busca del segundo gol, un segundo gol que llegaría pasada la hora de partido. En este caso Iborra introducía el esférico en su propia portería, un error garrafal que el propio Iborra arreglaría minutos después con un enorme testarazo que otorgaba el empate a dos al cuadro de Nervión.

El partido se ponía precioso y con muchos minutos por delante, aunque con el paso de los minutos el Sevilla se iba haciendo más grande sobre el rectángulo de juego, y esto se vería reflejado en el minuto 80, cuando de nuevo a balón parado la escuadra visitante se adelantaba en el marcador. El mudo Vázquez batía al meta local y ponía el tercero en el casillero sevillista. Ya con Osasuna volcado y pasado el tiempo reglamentario Sarabia sentenciaba con el cuarto tras aprovechar un rebote.

Kenan Kodro maquillaba el resultado al borde del final rematando de cabeza un buen centro bombeado de su compañero, que no tendría transcedencia alguna en el resultado final. Una dura derrota que deja a los rojillos una jornada más como colistas de la competición.