Se nos ha dicho que quien la sigue la consigue y tarde o temprano los resultados tienen que llegar a un equipo que en los últimos partidos no ha dejado de intentarlo. Somos conscientes y se sabe que hay mejores equipos que Osasuna en la competición pero hasta un equipo como el Real Madrid, plagado de sus estrellas, puede sufrir ante un equipo que dio la cara hasta el último minuto pudiendo haber arañado por lo menos un punto. 

La mejora se empezó a notar con la llegada de Vasiljevic al equipo. Tras la destitución de Joaquín Caparrós, el nuevo técnico ha sabido llevar al equipo a un puntito más de calidad, de esfuerzo y de presión. Se ve a un equipo más comprometido con la causa y es que la situación en la que se encuentran es para que todos remen hacia el mismo lado si no quieren bajar al pozo un año después de volver a la máxima categoría. 

El equipo se comprometió y el primer partido serio y de importancia real que tuvo fue el pasado 22 de enero frente al por entonces segundo clasificado, el Sevilla FC. Gran partido de los rojillos, con goles, fallones en defensa pero Roma tampoco se construyó en un día. Tan solo les pudo parar el árbitro que regaló al equipo visitante un gol de un clarísima falta sobre Oriol Riera por la que el “Mudo” Vázquez remató a placer dentro del área pequeña.

Tras el Sevilla, el equipo recibió al Málaga en El Sadar donde posiblemente se vio al Osasuna más apagado de los últimos partidos. Un equipo sin ganas que tampoco mereció mucho más de lo se llevó tras el pitido final. El gol de Causic adelantaba a los locales pero tan solo tres minutos después Camacho empató el partido para desgracia de la afición rojilla. El Málaga mereció más.

Visita a Anoeta en un primera parte para enmarcar. Presión arriba sin dejar respirar al rival y saliendo muy bien a la contra. Así se adelantaba en el marcador con gol de Kenan Kodro. En la segunda parte y, como no, a balón parado, la Real Sociedad empataba el partido y haría hundirse a los de Vasiljevic que vio pasar de 0-1 a 3-1 en quince minutos. Ni el gol de Sergio León ni el empujón final pudo arañar un punto más que merecido en un partido bastante bueno del equipo. Derrota pero poco que reprochar.

Último partido, visita del líder. ¿Miedo? ¿Quién dijo miedo? Nada que perder y todo por ganar. Un fallo de Sirigu en el gol de Cristiano Ronaldo ponía al equipo por debajo en el marcador pero jamás se rindió. Buscó huecos y con una buena presión llegó el golazo de Sergio León, muy en forma en los últimos encuentros. La pegada del conjunto blanco, acompañada con su peculiar fortuna en los partidos, y la gran actuación de Keylor Navas dejaron un marcador adverso pero un partido del que aprender, del que reflejarse para próximas disputas.

Los resultados tendrán que llegar con el esfuerzo y el derroche que están manteniendo en las últimas semanas. Cabeza alta y trabajo duro. No dejarse llevar por las emociones ni los malos resultados que pueden hacerte caer. Hay que seguir, luchar e intentar en el siguiente partido conseguir sumar de tres en tres . El siguiente será en Balaídos, contra un Celta que vendrá de jugar la Europa League y que con el cansancio en sus piernas se le podría buscar las cosquillas.