El pasado 17 de septiembre se vivió en El Sadar el partido que enfrentaba al Club Atlético Osasuna contra el Real Club Celta de Vigo en un partido sin goles donde el equipo visitante mereció llevarse mucho más de lo que finalmente cosechó. Osasuna, un empate y gracias.

Un Celta de Vigo superior a los hombres de Fernando Martín se topó con un gran Mario Fernández que salvó a su equipo de lo que podría haber sido una derrota merecida. El equipo gallego llevó todo el peso del partido controlando por completo el medio campo ante un Osasuna que no sabía muy bien ni donde se encontraba. Su juego se limitaba a esperar atrás y a la mínima oportunidad salir rápido a la contra. No funcionó. 

Iago Aspas para el Celta y Oriol Riera para Osasuna fueron los dos jugadores más destacados en el juego de su equipo siempre jugando y haciendo jugar a sus compañeros. Guidetti y Wass tuvieron las oportunidades más claras pero Mario estaba en modo superportero parando todo lo que le venía.

Resultado final: 0-0 y nadie contento. El Celta sumaba su primer punto en LaLiga y Osasuna volvía a dejar escapar la oportunidad de sumar de tres en tres en su feudo. 

Ahora ambos se encuentran en situaciones muy diferentes. El Osasuna se encuentra colista con diez puntos a ocho de la salvación mientras que los vigueses se mantienen en la décima posición con treinta puntos, a seis de Europa. Ambos vienen de perder contra los dos equipos de la capital y necesitarán puntuar de tres en tres si quieren seguir manteniendo vivas sus aspiraciones de cara a final de temporada.

El equipo de Vasiljevic podrá aprovechar el cansancio que supondrá el partido de Europa League del Celta para vencer en un estadio que no gana desde septiembre de 2006 (0-2).