Se paseó sin encontrar apenas resistencia el RCD Espanyol en el duelo correspondiente a la vigésimocuarta jornada del campeonato regular liguero de la Liga Santander, que llevó a los catalanes a recibir a Osasuna. Los de Vasiljevic fueron sumamente inferiores de inicio a fin, y buena prueba de ello es el marcador, que perfectamente pudo haber sido más abultado. Muy poco se puede salvar de la actuación de Osasuna, que nuevamente, fue excesivamente frágil en labores defensivas, y volvió a ser completamente nulo en ataque, con Sergio León en el banquillo.

Supremacía perica en la primera mitad

Desde el mismo inicio del encuentro, fue patente sobre el terreno de juego la superioridad de los locales, mucho más combinativos y en ocasiones, parecían incluso estar en superioridad numérica -y de hecho lo estuvieron desde los mediados de la primera parte-, pues estuvo completamente perdido en la medular rojilla Raoul Loé. Caicedo se hizo valer de su cuerpo para hostigar continuamente la zaga visitante, donde una vez más, solo Clerc y Vujadinovic -que se lesionó- dieron el nivel esperado. Además, las continuas intentonas que realizaban por banda los pericos también llevaban peligro, pues la presión era pobre, y esto permitía a los laterales tener recorrido e incorporarse a placer a la ofensiva.

No habría muchos avisos, pero en una de las primeras que tuvo el Espanyol, metieron el zarpazo. Un centro de Hernán Pérez acabó en cabeza de Caicedo, quien ante la pasividad de la zaga y la impotencia de Sirigu, colocó el balón a un costado del arco. Y siguió éste su trayectoria para concluir en el fondo de las mallas. La grada vibraba con el tanto del ecuatoriano, que andaba bajo de moral y realmente necesitaba anotar, tras recibir el apoyo de compañeros y su entrenador en los últimos días. Pudo reaccionar entonces Osasuna en prácticamente su única ocasión en todo el partido, cuando Jaime Romero hizo volar a Diego López con un tiro pegado al palo zurdo desde la frontal. Acabaría siendo rechazado el cuero por el guardameta local.

Osasuna se quedó con uno menos en una extraña acción.

Osasuna no podía reaccionar, pues la disposición de los pericos era perfecta, y a decir verdad, parecía más cerca el segundo de los catalanes que el empate navarro. Finalmente, tuvo "premio" la insistencia local. Y es que en una acción confusa, el balón acabó llegando a Gerard Moreno en la frontal del área chica. Logró sentar a Sirigu y posteriormente cayó. El colegiado señaló la pena máxima, y en este momento llegaría la confusión. Sacaría cartulina roja Clos Gómez. Todos pensaron que fue para Sirigu, pero fue Oier Sanjurio quien la recibió, interpretando el colegiado que fue él quien realmente derribo al jugador perico. Caicedo fue el encargado de lanzar la pena máxima. No tuvo tanta fortuna esta vez, pues el meta italiano adivinó sus intenciones y escupió lejos de su portería el cuero deteniendo así el lanzamiento.

Un segundo tiempo que sólo empeoró las cosas

No tendría mucha más historia la primera mitad, dominada completamente por los blanquiazules. Sin embargo, empezaría la segunda parte con los pericos celebrando por todo lo alto. Y es que tras tan solo un minuto de juego, el balón acabó rechazado en la segunda jugada de un saque de esquina en pies de Jurado. Y éste, lanzó un potente latigazo que, tras golpear en Unai García, se coló por el costado diestro de la portería de Salvatore Sirigu. Duplicaba así el Espanyol su renta ante un Osasuna que parecía estar ya noqueado.

Llegó a producirse una situación crítica, cuando Vujadinovic sufrió una dura caída tras chocar con Diego López.

Querría tras el tanto tirar de orgullo el combinado rojillo, pero simplemente, no podía con el equipo local. Llegaría el momento de mayor angustia de la tarde a los diez minutos del segundo gol, cuando intentando rematar un centro lateral, Vujadinovic fue golpeado por Diego López. Fue un choque aéreo que de por sí ya fue alarmante, pero peor se volvió aún con el durísimo aterrizaje del defensor rojillo, que se quedó tendido durante unos instantes sobre el terreno de juego. Fue asistido por los médicos de campo de Osasuna, que lo ayudaron a levantarse, y al par de minutos, se retiró del campo.

Tras este incidente, continuaría el Espanyol haciendo su partido sin sufrir, consciente de que Osasuna apenas tenía oportunidadesd e generar peligro. Puso la puntilla al marcador Gerard Moreno en el tiempo de descuento, cuando Causic erró dando un pase a los centrales. Se quedó el ariete con el balón, completamente libre de oposición, para redondear el marcador con una gran vaselina, con la cual, se quedaron los tres puntos con los tres goles en la ciudad Condal.