No pudo ser, una vez más. Volvió a quedarse con la miel en los labios Osasuna, que nuevamente no fue capaz de vencer en su compromiso liguero. Y van diecinueve veces ya sin conseguirlo, lo que deja en una situación comprometida, complicada y difícil de resolver a los hombres de Vasiljevic. Ésta vez, era la SD Eibar, uno de los equipos de moda del campeonato, el que ponía a prueba la capacidad de mejora y sacrifico de los rojillos. Y si bien es cierto que éstos merecieron más que el combinado armero, así como crearon más ocasiones, su falta de acierto y la fragilidad defensiva desembocaron en un resultado con el que se tendrá que conformar el club rojillo, y no es otro que el empate a un tanto.

Primera parte de poco color

Fue la primera mitad algo sosa, sólo iluminada por algún destellazo de un Takashi Inui muy participativo, de lo mejorcito en ambos conjuntos durante la parte previa al receso. Tuvo pocas ocasiones el encuentro, la mayoría de ellas en pies de los visitantes, durante los ya mencionados cuarenta y cinco minutos. Y éstas, fueron desde más allá de la frontal en su mayoría. Respondió bien Sirigu ante algún lanzamiento de Enrich e Inui, que lo forzaron a despegar para mantener a salvo la portería local.

No habría excesiva emoción en éste periodo. Con el paso del tiempo, el partido se fue tornando relativamente lento. El Eibar era mejor con el balón controlado, pero no acababa de funcionar a plena máquina. Además, Osasuna realizó un encuentro relativamente serio atrás, en especial, Oier; que realizó un par de muy buenas intervenciones en diversas ocasiones. No obstante, los de Pamplona no estaban finos al ataque, y Sergio León estaba siempre demasiado lejos del área como para ser capaz de crear peligro, mientras que Kodro no apareció, Fuentes no subía como suele hacerlo Clerc y únicamente Jaime Romero aportaba magia por los costados.

Los goles y el arreón rojillo, tras el descanso

Mejoraría, sin embargo, el encuentro tras el tiempo de descanso, en concreto lo hizo cuando se encaraba la recta final del tiempo reglamentario; donde las miradas se pusieron en los jugadores que calentaban por parte de los armeros. Y ésto se debe a que se hizo daño en un lance en los instantes finales del primer juego Sergi Enrich, máximo realizador del combinado emplazado en Ipurua. No obstante, continuó jugando el balear, así como siguió siendo el mejor del Eibar Inui, en detrimento de Aitor Buñuel, que sufrió bastante para aguantar las acometidas del nipón.

Iría pasando el tiempo sobre el terreno de juego de El Sadar, mientras seguía y seguía y no paraba de cantar la grada de Osasuna, empujando siempre hasta el fin a su equipo. Nuevamente, no hubo demasiadas ocasiones ni acercamientos, aunque el combinado rojillo iba mejorando paulatinamente, aguantando sin excesiva dificultad las acometidas de los armeros, muy lejos de ser tan letales como en otros encuentros. No obstante, todo el trabajo del encuentro pareció irse al traste cuando quedaba algo más de un cuarto de hora para que concluyeran las hostilidades. Pues Kike saltó al terreno de juego tras varios meses de lesión, y en la primera que tuvo, conectó con un centro raso de Capa para batir a placer a Sirigu con un tiro bastante bien colocado.

La reacción de Osasuna fue instantánea, y acabó en uno de sus mejores tramos de la temporada.

Se alcanzó tras el primer -y único- gol visitante un momento de cierta tensión en El Sadar, cuando Clerc suplió a Sergio León. No obstante, la euforia se hizo presente cuando una genialidad de Fran Mérida en el área armera acabó con el cuero en pies de Jaime Romero. Y éste centró al segundo palo para que Kodro fusilara a puerta vacía, colocando el empate en el marcador. Raíz de este tanto, se acrecentarían los locales, que lanzaron una ofensiva final que realmente puso sobre las cuerdas al Eibar. No bastaba con el empate, y los hombres de Vasiljevic lo sabían. Tuvo Osasuna su última oportunidad casi al final cuando Yoel tuvo que aparecer hasta en dos ocasiones, para evitar que un tiro de Loé y un cabezazo de Oriol Riera acabaran en gol. Así pues, reparto de puntos en El Sadar y al final del día, ninguno de ambos equipos se va satisfecho.