La jornada intersemanal nos dejará un duelo que se antoja clave para Osasuna, que necesita ganar de manera inmediata si quiere tener alguna opción, por remota que sea, de pensar en salvarse. Para ello tendrá que vencer al Alavés, rival duro instalado en la zona tranquila de la tabla.

Los blanquiazules son uno de los equipos que más gratamente está sorprendiendo esta temporada. Como con todos los recién ascendidos, las expectativas al inicio no eran muy altas: los objetivos se reducían a mantener la categoría. Sin embargo, los pupilos de Pellegrino se encuentran en un lugar cómodo e incluso con la oportunidad de conseguir un título.

Comenzaron la liga con fuerza, logrando empatar en el Calderón y vencer en el Camp Nou, y estuvieron sin perder hasta la quinta jornada. Poco a poco iban sumando puntos, por lo que en ningún momento tuvieron que preocuparse por el descenso. El Alavés ha ido trabajando y mejorando en cada partido, y ahora está recogiendo sus frutos: no hay mejor premio que la tranquilidad.

Si analizamos su equipo, nos encontramos un bloque formado por la ambición y las ganas de jóvenes como Theo Hernández o Marcos Llorente, combinado con la veteranía y experiencia de hombres como Manu García o Gaizka Toquero. A esto hay que sumarle la buena temporada de jugadores como Ibai Gómez, Camarasa o Deyverson.

Además, el “Glorioso” ha sido capaz de sacar más puntos fuera de casa (21) que en Mendizorroza (19), por lo que hablamos de un conjunto que no se siente del todo incómodo jugando como visitante. Observando las estadísticas osasunistas en El Sadar, se aprecia que solamente han sido capaces de sacar 5 puntos de 45 posibles. De hecho, la escuadra rojilla es la única de las cinco grandes ligas que aún no ha logrado ninguna victoria en casa.

Por lo tanto, las estadísticas favorecen al Alavés, pero si el fútbol nos ha enseñado algo es que una vez rueda el balón en el verde, las estadísticas no importan. Será un partido de vida o muerte para Osasuna  y un partido más para el Deportivo Alavés, que puede presumir de llegar al tramo final de la temporada sin el agobio de luchar por evitar el descenso.