Ahora sí que sí. A trece puntos de la salvación y con veinticuatro todavía por disputar, Osasuna se enfrentará este domingo al Leganés. En un partido que puede considerarse como la final de las finales para la escuadra rojilla. Ya que si pierde la salvación quedará imposible para los de Petar Vasiljevic. Sin embargo, si la escuadra navarra consigue la victoria ante uno de sus rivales directos en la agónica pelea por la salvación, sus opciones pueden dispararse e cierto modo, aunque seguiría siendo muy difícil lograrlo. Pero la expedición rojilla viene con una inyección extra de moral tras su victoria in extremis el pasado miércoles en Mendizorroza.

En los últimos años no ha habido demasiados duelos directos con el Club Deportivo Leganés, en especial por el baile de categorías que han tenido ambas entidades, que no han hecho posible que coincidan muy a menudo en la misma competición. Aunque en los nueve enfrentamientos que han disputado desde el año 1998 han sido de lo más igualado, con cuatro victorias para los navarros, otras cuatro para los madrileños y saldándose tan solo con un empate. Bien es cierto que en tres de los cuatro duelos disputados en El Reino de Navarra, los locales han conseguido la victoria (1-0/2-1/2-1) temporalmente. Y tan solo una derrota por la mínima en el año 2000 (1-2). Estadísticas a las que Osasuna se puede agarrar el próximo domingo, haciendo de su feudo aquella fortaleza inexpugnable en la que hasta los más grandes caían en el intento. Aunque como siempre decimos, cuando suena el pitido inicial las estadísticas valen de bien poco.

En cuanto a goles, el Leganés gana de manera ajustada, habiendo anotado un total de doce goles en los enfrentamientos directos, por los nueve de Osasuna. Cabe destacar que los dos últimos enfrentamientos -ambos el año pasado- el Leganés se impuso en ambas ocasiones en Butarque por dos goles a cero. Un partido del que depende la próxima temporada de Osasuna.