El partido se preveía como trampa para los de Luis Enrique. Con la alocada victoria en la última jornada ante el Real Madrid con gol 'in extremis' de Messi, era de esperar que el técnico asturiano cambiará la alineación para el partido ante Osasuna. Y así lo hizo. Dejó a Luis Suarez, Iniesta, Umtiti y Jordi Alba en el banco para dar entrada a Arda, Denis Suarez y Digne, entre otros. Ésto, añadido a la baja por sanción de Neymar, hay quien pudiera pensar que era una prueba de fuego para los revulsivos ante Osasuna, que necesitaba los tres puntos para seguir peleando por evitar el descenso. No obstante, los de Vasiljevic dieron la impresión de equipo abatido y desahuciado, mermado por las numerosas bajas por lesión y con pie y medio en segunda.

Posesión y definición

El Barça empezó dominando con el balón desde el primer minuto. Osasuna, con dos líneas de cuatro, intentaba cerrar espacios, pero su posicionamento, demasiado alejado de la portería rival, anulaba cualquier opción de jugar el balón al contraataque. 

En un abrir y cerrar de ojos, Leo Messi, quien si no, tuvo la primera y fue para dentro. Superó a la defensa rival y con un disparo marca de la casa picó el balón por encima de Sirigu. Gol 502 con el Barcelona y el primero de la noche. El Barça seguía siendo el dueño y señor del encuentro y el siguiente en mojar fue André Gomes. El portugués se quitó la espina y tras un remate de primeras a pase de Rakitic, fulminó al guardameta rival. 2-0 y al descanso con la sensación de que la primera final en el calendario estaba francamente resuelta.

El gol de Roberto Torres se quedó en anécdota

Corría el balón al inicio de la segunda mitad cuando el Barcelona cometió falta al borde del área. Roberto Torres, el habitual en los lanzamientos directos con permiso de Fran Mérida, se disponía al remate. Y llegó el gol. Ter Stegen, confiado en que el lanzador buscaba el palo más alejado del portero, hizo un paso en falso hacía su lado más alejado y el centrocampista sorprendió colocando el balón en el palo del portero. 2-1 que puso algo de emoción al choque, al menos en el marcador. Séptimo gol para Roberto Torres que, al menos, se podía ir satisfecho a nivel personal con su gol.

Pero el Barça no dio tregua. En el minuto 57, de nuevo André Gomes, tras una jugada llena de rechaces, volvió a marcar. 3-1 y primer doblete en la carrera del futbolista, pues ni en Benfica ni en Valencia lo consiguió. Cuatro minutos más tarde, en el minuto 61 Messi puso el 4-1 marcando su gol 33 en liga aumentado así su diferencia frente a sus perseguidores. 

El Barça se estaba dando un festín ante su afición, que le devolvió la ovación por la victoria en el Bernabéu. Y llegó el quinto gracias a Alcácer. Arda, que estaba pasando de puntillas su actuación, filtró un pase a la espalda de la defensa rojilla y Alcácer aprovechó la ocasión para aumentar y engrandecer su buen estado de forma. 

Pero, más allá de victoria para uno y derrota para otro, el choque dejó una imagen bonita para uno de los jugadores blaugrana. El árbitro señaló correctamente un penalti sobre Denis Suarez y Mascherano decidió que era su momento. El argentino no había marcado en sus seis anteriores campañas en Can Barça y ésta vez tuvo el gol en sus botas. Con un disparo potente con el empeine de su pie derecho mandó el balón al fondo de la portería rojilla. Tanto el banquillo como la afición lo festejó como si de un título se tratara. La noche la cerró de nuevo Alcácer y puso en el minuto 86 el último y definitivo gol para el 7-1.

De ese modo, el Barcelona seguía de lleno en la lucha por la liga a esperas del partido en Riazor entre Deportivo y Real Madrid. Osasuna, por su parte, dijo fin a su temporada en Primera División, pues a su derrota se le juntó la victoria del Leganés contra Las Palmas que mandaba directamente a los navarros a Segunda a falta de cuatro jornadas.