La jornada 36 deparará un duelo entre dos conjuntos que no han estado a la altura de lo que se esperaba de ellos al principio de la temporada. El conjunto che ha realizado una campaña muy irregular, coqueteando en algún momento con el descenso y muy lejos de las plazas europeas. Los navarros perdieron matemáticamente la categoría frente al Barcelona, siendo el primer descendido este curso.

Así pues, el encuentro podrá servir de prueba a los osasunistas. Será una buena oportunidad para ver a jugadores del filial, así como aquellos que no han participado mucho esta temporada. En líneas generales, después de un descenso suele producirse una desbandada de los mejores jugadores, por lo que no es mala idea ir buscando alternativas para la próxima temporada.

A pesar de la nefasta temporada de la escuadra dirigida por Petar Vasiljevic, la afición osasunista puede encontrar algo de consuelo mirando hacia abajo: concretamente hacia el juvenil “A”, que se proclamó campeón de su grupo hace unas semanas. No le va tan bien a Osasuna Promesas, que aún no ha certificado su permanencia de manera matemática. No obstante, el filial rojillo se encuentra con un colchón de cinco puntos sobre el descenso faltando seis por jugarse. Además, tiene a varios equipos por debajo, por lo que mantendrá la categoría casi con total seguridad.

Será también una buena oportunidad para limpiar la imagen que ha dado el cuadro navarro. En este curso tan solo han sido capaces de sumar 19 puntos, nueve de ellos como visitantes. Jugando lejos de El Sadar únicamente han sido capaces de obtener la victoria frente al Eibar en Ipurua (jornada ocho) y contra el Alavés en Mendizorroza (jornada 30).

Por lo tanto, Osasuna encarará el encuentro con la mente puesta en el futuro. Los descensos siempre son duros, aunque se vean venir de lejos. Sin embargo, si algo caracteriza a la entidad navarra es que “Osasuna nunca se rinde”, por lo que en Mestalla saldrán a darlo todo.