Decía el entrenador de Osasuna que sus futbolistas llegaban a Reus con la ilusión intacta tras ser derrotados en la Copa del Rey por el Cádiz CF. Sin embargo, digamos que ha sido un encuentro en el que se ha practicado el llamado otro fútbol; muchísima tangana, saltos, córners, faltas y mas faltas. Desde luego al que se haya desplazado desde Pamplona para ver a su equipo no le ha merecido la pena. Tampoco se llevaron la alegría de ver al reciéntemente convocado Kike Barja.

Las gradas se veían semivacías y eso que no son muy difíciles de llenar dado su aforo para 5.000 personas, eso sí, la afición de Osasuna no faltó a la cita y se dejó la garganta.

Nivel muy bajo, bajísimo, en un encuentro típico de Segunda División B en el que ninguno de los dos equipos han mostrado una actitud propia en un equipo puntero de la segunda española, mas bien todo lo contrario. El resultado no ha podido ser otro que un 0-0.

La primera mitad no ha tenido nada destacable, como mucho un tiro de Carbía bien atajado por Sergio Herrera, un par de córners por cada bando y alguna que otra falta desde la frontal del área a la que poco le ha faltado para acabar con el balón merodeando por las calles de Reus.

Los primeros 20 minutos transcurrían con un Osasuna algo mas preciso que el Club de Fútbol Reus Deportiu. El equipo local maltrataba la bola, no la quería, relegó la posesión a un Osasuna que, al parecer, tampoco se sentía cómodo con ella y abusaba del pase largo o siendo mas concretos del pelotazo.

El estado del césped tampoco invitaba a un juego mas vistoso, era todo lo contrario a un tapete, parecía un mar revuelto en el que si los jugadores debían ser piratas quizás se pasaron con el Ron. El equipo local, sabedor de la condición de favorito de Osasuna parecía conformarse con un punto y Osasuna mas de lo mismo. Por sacar algo de la primera mitad decir que Lucas Torró luchó con tesón y Oier parecía no haber dormido la noche anterior cubriéndole Aridane la espalda en más de una ocasión. Clerc corría pero sin ningún sentido y estaba blando defensivamente.

Mención especial para Roberto Torres, del que no se tiene conciencia aún de si participó o no. Lentísimo, perdido en banda y con mas pases y balones perdidos que nunca.

Se llegó al descanso con apenas un tiro entre los tres palos y pudiéndose haber oído en mas de una ocasión, cantado al unísono, el grito revolucionario de independència. Lejos de ver buen fútbol el público se centró en otros asuntos.

La segunda mitad no comenzó con otros aires, la cosa seguía igual; falta de Osasuna y falta del Reus y así sucesivamente. Si que destacó Xisco en varios controles tras pases largos en los que dejó constancia de que calidad tiene y que aguantar el balón se le da bien.

Cada vez se veía mas claro que de poder llevarse el gato al agua, uno u otro equipo tendría que ser a balón parado o de chiripa. No existía un juego fluido hasta el minuto 75.

Fue entonces cuando Osasuna se dio cuenta de que si quiere estar el próximo año en Primera División tiene que ganar partidos, no le vale el empate, pero fue tarde. Quique volvió a demostrar que es un gran futbolista y, sin dudas, ha sido el mejor de los 22, bueno, de los 27 futbolistas contando con los cambios que hoy han peleado en Cataluña. Sin embargo su esfuerzo esta vez no ha sido suficiente para darle los 3 puntos a su equipo. Un remate tras un gran autopase y un centro que apunto a estado Xisco de enviar a la red han sido las ocasiones mas claras de la segunda mitad y por ende del partido.

En el Camp Nou, pero no en el de Barcelona ni mucho menos, no se ha visto buen fútbol pero como nota positiva los pupilos de Diego Martínez se llevan un punto, la portería a cero y siendo el tercer partido liguero consecutivo en el que no conoce la derrota. El Reus que venía de empatar en Lorca ante un recién ascendido suma otro punto y se pone con 7, dos menos que los Rojillos que tendrán que mejorar notoriamente si quieren mantenerse por la zona noble de la clasificación.