En la tarde de sábado se enfrentaban en Pamplona, el Club Atlético Osasuna y el Numancia. Reparto de puntos en un empate que fue justo. En este encuentro tocaba ganar. Eso decían los jugadores durante la semana, también Diego Martínez, que habla muy bien en las salas de prensa, pero su equipo no transmite nada. Está de capa caída.

Quizás le venga grande el reto con Osasuna a Diego Martínez, que es muy joven aun y sólo ha entrenado en Segunda División con un filial. Al Sevilla Atlético lo salvó, pero tampoco hizo mucho más. Los sorianos con un muy buen juego a la contra venían de cosechar dos triunfos consecutivos. Osasuna, todo lo contrario, venía de perder tres partidos seguidos.

El encuentro comenzó con un Osasuna valiente y luchador, como dice la canción, y Xisco, el mejor fichaje de largo encontraba portería en el minuto siete. Tuvo oportunidades Osasuna para hacer el segundo, pero un acertado Aitor Fernández lo evitaba. En especial el portero se lució en un tremendo paradón a un remate de cabeza de Lucas Torró a la salida de un córner. Sin embargo, el conjunto visitante se veía con chispa y capacidad para hacer daño en cualquier momento. La defensa de Osasuna parecía segura pero acabó haciendo aguas y no es la primera vez.

Marc Mateu, habilidoso media punta del cuadro castellano, ponía las tablas en el marcador en el minuto 31 tras un gran contragolpe trenzado entre otros por el ex -sevillista Manu del Moral, quién por cierto nunca ha marcado a Osasuna. La reacción rojilla no se hacía esperar y sólo un minuto después, Xisco volvía a mostrar su olfato goleador con un remate de cabeza en el que le ganó la partida a la defensa midiendo los tiempos de salto como un auténtico especialista. Era el 2 a 1 en el marcador, pero Osasuna no sabía como cerrar el partido. Cualquier equipo pone nervioso a los pupilos de un Diego Martínez, que está perdiendo crédito a niveles increíbles. Se comerá el turrón, pero veremos si sigue por Pamplona en febrero.

En la segunda mitad Osasuna tuvo el tercero en las botas de Xisco gracias a un gran pase filtrado por Quique, jugador sobreexplotado y desaprovechado al jugar en banda en vez de delantero como acostumbraba a hacer en su antiguo equipo la Unión Deportiva Almería. Un David Rodríguez que no rasca bola, y que no es el que era, fue sustituido por Joaquín Arzura en el minuto 60. ¿Fue para aguantar el resultado?

Corría el minuto 75 y Osasuna había realizado un solo cambio, extraño, debido a que la fatiga en los futbolistas era más que evidente. El siguiente sustituido fue Coris y porque se tiró al césped absolutamente fundido. Le sustituyó Mateo, sí el argentino que venía de Las Palmas con un juego diferencial. ¿Dónde estaba hoy Kike Barja? Increíble que el canterano debutara la semana pasada en El Tartiere en un auténtico barrizal y no tenga minutos en casa. Otro puntito para Diego. Se veía venir el empate y en el minuto 85, Lucas Torró cometía una clarísima falta en la frontal del área que supuso el empate definitivo. Dani Nieto lanzaba la falta por debajo de la barrera y colocaba el dos a dos en el luminoso. Si la afición de Osasuna no fuera como es, los jugadores y el cuerpo técnico habrían abandonado el campo con una tremenda pitada, pero no. No sucedió. 

Como conclusión, es evidente que usar siempre a los mismos 13 futbolistas no funciona. Cabe destacar que el objetivo irrenunciable del ascenso está, muy, pero que muy complicado y que Diego Martínez ya no está tan respaldado como antes. Los próximos dos encuentros deberían marcar su futuro, quizás lejos de Pamplona.