La SD Ponferradina puso fin el pasado domingo a otra temporada para el olvido, la segunda consecutiva tras el retorno del equipo a la categoría de bronce del futbol español. Tras el descenso doloroso que se produjo la pasada temporada, nadie esperaba que este equipo, con uno de los mejores presupuestos de la categoría y a priori candidato principal a retornar a Segunda División hiciera esta temporada tan pésima, ni en los peores pronósticos nadie contaba con otro año tan horrendo que ha acabado sin el objetivo mínimo de clasificarse para el PlayOff.

Se construyó en verano un equipo totalmente nuevo para intentar ese retorno a la categoría de plata nada más ni nada menos que incorporando 17-18 jugadores nuevos mas varios jugadores que prolongaron su estancia en el club tras el descenso como Dinu, Adán, Jonathan Ruiz, Andy y Caiado. Además el Consejo de Administración apostó por Manolo Herreno como entrenador. La temporada ya comenzó de manera torcida con derrotas en Izarra y la especialmente dolorosa del derbi ante el Cultural unido a la humillante derrota ante el Cirbonero, un equipo de Tercera División en Copa del Rey que encendió todavía más a una afición que ya venía quemada de la temporada pasada. Tras la derrota en Mutilvera en la jornada 9 al Consejo de Administración que no le tembló el pulso y destituyó al técnico jienense. Poco duró la confianza en Herrero.

Se apostó por Munitis, un perfil totalmente opuesto a Herrero con una plantilla que no estaba hecha a medida para el técnico cántabro, decisión poco entendible de la directiva que debería haber optado por un perfil similar a Herrero que fue el que construyó la plantilla junto a la dirección deportiva. Aun así hubo una reacción tímida del equipo con la llegada del cántabro, pero se evaporó rápidamente.

Cierto es durante la etapa de Munitis que la propuesta era demasiado ramplona y con falta de ideas pero en el debe de los jugadores está también no saber competir ante rivales de muy inferior nivel como Somozas, Arandina, Guijuelo, Caudal o Palencia por poner ejemplos, equipos a los que se debería haber ganado con solvencia y sin embargo se ofrecieron actuaciones bastante pobres que acabaron con las opciones de PlayOff. Y no sería por falta de oportunidades que dio el Pontevedra en la segunda vuelta. Pero el equipo parecía empeñado en no querer disputar esa fase de ascenso ya que desperdició las constantes opciones que le proporcionaba el equipo granate.

A pesar de los malos resultados cosechados al inicio de la segunda vuelta hasta la jornada 30 no llegó la dimisión de Munitis tras otra dolorosa derrota ante el Palencia en El Toralín, una decisión que debió tomar antes el Consejo de Administración que dejó morir al equipo demasiado tiempo y apenas concedió un escaso margen de mejora a Tomé a falta de ocho jornadas. Es cierto que desde la llegada del técnico leones, que solo dispuso de ocho jornadas para conseguir un milagro, el equipo tuvo una leve mejoría especialmente en El Toralín donde llegaron victorias de entidad ante equipos como el Pontevedra o Valladolid B pero que no fueron suficientes para conseguir el objetivo. Los 55 puntos conseguidos por la Ponferradina hablan muy mal de los blanquiazules en un grupo cuyo nivel deja bastante que desear porque Celta B, Racing y Cultural Leonesa demostraron la diferencia abismal que hay entre ellos y el resto de equipos, cosa que no hizo la escuadra berciana durante toda la temporada.

Otra temporada marcada por la inestabilidad, con tres entrenadores (seis quemados durante las dos últimas temporadas) y demasiados fichajes que no han cumplido con las expectativas. Este nuevo fracaso debería servir para regenerar el club a todos los niveles y tomar decisiones importantes, por ejemplo en la dirección deportiva (Nistal oficialmente dejo su puesto ayer) que en los últimos tiempos no ha estado especialmente muy acertada, un puesto que se rumorea que podría ocupar Tomé.

También se ha anunciado que diez de los integrantes de la actual plantilla tienen contrato, aunque la mayoría de los jugadores de esta temporada deberían salir viendo el pobre rendimiento que han demostrado a lo largo de la competición, a lo sumo el club debería quedar con 5-6 jugadores como máximo. Lo que está claro es que la Ponferradina debe construir un proyecto desde cero (tiempo hay para ello) y no cometer los errores que se vienen repitiendo en los últimos tiempos. Una afición bastante decepcionada y hastiada con el club no perdonará otro fracaso más. Esperamos acontecimientos.