El partido se presentaba como la última oportunidad de la directiva al discutido Fabri. Ante la espada de Damocles que pendía, y aún lo hace, sobre su cabeza, el técnico lucense dió una nueva vuelta de tuerca al cambio de sistema que ya probó la semana pasada. Así por segunda semana consecutiva Fabrí apostó por el 1-4-2-3-1, en sustitución del hasta ahora habitual 1-4-2-3-1. Inició el partido con un doble pivote formado por Alberto Dorca y Gullón, mientras en la media punta se colocó Ferreiro, por detrás de Kaludjerovic. Las bandas correspondieron a Jairo y Gai Assulin. En defensa la novedad estuvo en la titularidad de Bautista como lateral izquierdo. Esta variante táctica no resolvió los problemas cántabros en cuanto a la salida de balón, pero dotó al equipo de más presencia en ataque al tener a un jugador cerca del delantero.

El Racing comenzó con su habitual intensidad inicial, pero a diferencia de otras veces le duró más de 15 minutos. Así en el minuto 18 un córner sacado por Ferreiro lo remató Goicoetxea a la red desde el punto de penalti. Esta acción supuso una revelación para los cántabros que a partir de ese momento se dedicaron a hacer lo que mejor se les da, correr a la contra. En este apartado destacó el nombre de Ferreiro que protagonizó las mejores jugadas cántabras pudiendo en hasta 2 manos a manos con Manu Fernández, aumentar la diferencia en el marcador. Por su parte los madrileños como ya pasó en el partido frente al Recreativo, por ejemplo, dominaba la posesión de manera clara, pero al llegar a la zona de tres cuartos, no encontraban ese pase diferencial que les permitiese crear peligro a la meta de Sotres. Además cuando conseguían desbordar por la banda y poner el centro, se encontraban una y otra vez con Goicoetxea que se alzó como un valladar en la defensa cántabra.

En la segunda parte el cansancio hacía estragos en los cántabros y a diferencia de partidos anteriores, Fabri no tardó mucho en hacer los cambios. Entró Bouazza por Assulin, para reforzar una banda izquierda cántabra que en defensa sufría ya que Bautista se encontraba muchas veces en desventaja con los atacantes madrileños. De echo Bouazza sería clave en el segundo gol cántabro, cuando tras recibir un pase de Ferreiro llegaba a línea de fondo y ponía un centro medido para que jairo solo en el segundo palo rematase a la red. Con la entrada de Kone por un desaparecido Kaludjerovic, el Racing ganó en velocidad generando aún más ocasiones que sin embargo no consiguió materializar. Ya en las postrimerías del encuentro Fernando Sales aprovechó una falta de entendimiento entre Bocanegra y Sotres para poner el definitivo dos a uno final.