Duelo de gallos de la categoría en tierras salmantinas. Pese a que ni Guijuelo ni Racing llegaban a este partido con las expectativas cumplidas en el arranque de campaña, era un partido importante para ambos. Una victoria ante un rival, a priori directo, supondría un golpe encima de la mesa. Los locales llevaban dos derrotas consecutivas mientras que los visitantes acumulaban una racha irregular.

Irregular y con un fútbol que no convencía a nadie. El puesto de Munitis estaba en el alambre, al igual que la credibilidad de la plantilla. El 'run run' santanderino sobre la composición de la misma comenzaba a apuntar también a los jugadores del mal arranque de campaña.

Combinación - intensidad

El duelo se caracterizó por la intensidad. Ambos querían ganar y eso se notó desde el inicio. Y también desde el inicio se comprobó el diferente estilo de ambos equipos. El Guijuelo, con la intención de sacar la pelota tocando y combinando; el Racing, con mayor intensidad defensiva, apretando en la presión a la sala de máquinas guijuelense, allí donde Rubén de la Barrera pone en marcha su locomotora de juego combinativo y con las líneas más juntas. La batalla estaba servida. 

En estas condiciones, el Racing supo adaptarse a las exigencias del encuentro mejor que su rival. La intensidad defensiva provocó numerosos robos y, a la contra, el conjunto cántabro creó peligro. En el minuto 8, una internada de Óscar terminó con un remate elevado. Respondió el Guijuelo con un disparo de Néstor Gordillo que también se fue alto.

El Racing ganaba 'a los puntos'

El Racing mostró la mejor cara de la temporada: intensidad, solidez y eficacia

El Racing seguía mostrando muy buena cara. Cediendo el balón, apretaba en la presión con comodidad, robaba y creaba peligro gracias a la velocidad de los hombres de tres cuartos de campo. Por ejemplo Coulibaly, quien cuajó un buen partido. El senegalés se internó por banda pero su centrochut fue despejado por Royo. El guardameta local tuvo mucho trabajo en la tarde de hoy. Y otra más para el Racing, que en apenas veinte minutos había creado hasta tres buenas ocasiones de gol. Esta vez, fue Granero el que remató un córner botado por Peña, pero Royo volvía a detener.

Pero la mejor ocasión de la primera mitad tuvo que esperar hasta el minuto 44. Dioni, quien cada día está mostrando mejores sensaciones, driblaba a un defensa y remataba buscando el gol, pero, como no, Kike Royo evitaba el primero.

El Racing se crece

Tras el descanso, todo comenzó como había acabado. De nuevo Dioni, esta vez con disparo desde la frontal, fue detenido por Royo. Poco más tuvo que aguardar el gol racinguista. Los pupilos de Pedro Munitis lo estaban mereciendo y su rival no podía crear peligro a la meta de un seguro Óscar Santiago

Y tanto fue el cántaro a la fuente que se rompió. El Racing estaba siendo superior a su rival y lo refrendó en el marcador. Balón largo de Coulibaly, a la espalda de la defensa, y Dioni se hacía con la pelota, para definir con calidad ante la salida de Kike Royo. El delantero andaluz se reencontraba con el gol cuatro partidos después.

Kike Royo se mostró muy seguro en la portería local. Fue el mejor de su equipo

Pese al gol, el Racing decidió, hoy sí, aprender de errores pasados. No se conformaron con uno sino que fueron a por otro. Se notaba que se la jugaban. Entrenador y plantilla estaban siendo muy cuestionados en territorio montañés y hoy decidieron dar ese golpe encima de la mesa. El Racing lo siguió intentando y Artiles a punto estuvo de hacer el segundo, pero el guardameta local volvió a erigirse como salvador de su equipo. También lo probó Coulibaly, a centro de Óscar, pero Royo, una vez más, salvó el gol.

La historia de siempre...y un final distinto

Pero, de nuevo, el destino parecía reservarle al Racing una cruel historia. Penalti absurdo de Artiles, poco antes de ser sustituido por lesión, sobre Carlos Ramo que Jonathan se encargó de transformar. El Guijuelo, que apenas había creado peligro sobre la meta de Óscar Santiago, empataba el partido y dejaba tocados a los jugadores racinguistas. El conjunto local parecía crecerse y, sin contar con grandes ocasiones de gol, metió el miedo en el cuerpo a la parroquia verdiblanca.

Pero esta vez, los jugadores racinguistas, supieron sobreponerse a la adversidad. Volvieron a intentarlo, aunque en la recta final del encuentro. Isma Cerro remataba en plancha un buen centro de Fede San Emeterio. Y, una vez más, atrapaba Royo. Pero siguió creyendo el Racing, creyendo en sí mismos. Y una internada de Dioni acabó por rematar la faena. El delantero malagueño entró por la izquierda, se adentró en el área rival y puso un preciso pase al punto de penalti que Álvaro Peña se encargaba de enviar al fondo de las mallas. Locura verdiblanca.

Victoria necesaria, alegría desbordada

Los jugadores racinguistas hacían piña en el córner. Junto a los seguidores verdiblancos desplazados hasta tierras salmantinas, la alegría fue desmedida. Había ganas de lograr una victoria así, convenciendo, siendo superiores, una victoria para creer. El partido terminó sin ocasiones para los locales y sin apuros para los visitantes. Munitis salvó el pellejo cuando estaba más cuestionado que nunca y el Racing vez la luz. Ahora tocará refrendarlo durante las próximas semanas.

Por su parte, el Guijuelo se vio superado por un Racing que se mostró trabajado, intenso y eficaz. El juego de toque de los de Rubén de la Barrera no funcionó esta vez, como lleva sucediendo durante las últimas tres semanas. Tres derrotas consecutivas que dejan a los chacineros sextos, solo un punto por delante del propio Racing. El Guijuelo se medirá al Atlético Astorga la próxima jornada mientras que el Racing recibe al Cacereño.

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Sobre el autor
Adrián González Blanco
Comunicación audiovisual. Coordinador y redactor de la sección del Racing, Rallys y Ciclismo y redactor en Betis VAVEL.