Intenso, potente, apasionante. Un duelo en el que el físico se impuso al fútbol. Ninguno fue capaz de dominar el partido a la perfección. Si acaso el Racing de Ferrol durante un buen tramo de la primera mitad. Encontronazos, ocasiones para uno y otro equipo. Tres golazos y un desafortunado tanto en propia. Así podría definirse el empate entre Racing de Ferrol y Racing de Santander.

El empate beneficiaba a los locales, que siguen dependiendo de sí mismos. El conjunto cántabro saboreó la miel del éxito y del liderato, pero la desgracia se cebó con los verdiblancos en el último minuto. Un autogol de Mikel Santamaría sirvió el empate a los ferrolanos, que recuperaban la alegría, que sonreían al son del primera puesto. Rabia para los cántabros. Más de mil aficionados que habían viajado para apoyar a su Racing, al de Santander. Drama.

Qué manera de empezar

Un partido que llegaba muy caliente. Declaraciones desde uno y otro lugar, desencuentros entre directivas... y todo ello desembocó en un partido muy duro física y mentalmente. Encontronazos, choques, entradas duras, muchas amonestaciones y un final bronco, con varias tanganas y mucha, pero que mucha tensión.

El partido comenzaba muy bien, de la mejor forma posible, para los visitantes. La primera del partido fue para dentro. Diez minutos habían transcurrido desde el pitido inicial. Disparo de Granero que rechazó Mackay, el balón le llegó a los pies de Óscar Fernández que cedió a Álvaro Peña quien no se lo pensó y puso el balón, con rosca hacia fuera, al palo largo. Delirio entre el millar de aficionados verdiblancos en A Malata.

El Racing de Ferrol domina

El gol relajó al Racing de Santander y el conjunto ferrolano se fue haciendo dueño y señor del encuentro. El equipo cántabro apenas podía salir de su campo, apenas combinaba, no veía el juego. Por su parte, los gallegos jugaban, salían, atacaban, tenían ocasiones... y ahí emergió el mejor Óscar Santiago para salvar el empate. Primero con una gran mano, tras un libre directo de Pablo Rey. 

Seguía dominando el Racing de Ferrol, con acercamientos pero sin acabar desembocando en buenas ocasiones de gol. El Racing santanderino seguía igual, el Ferrol no le dejaba jugar, no le dejaba desenvolverse y apenas se mostraba en ataque. Pero iba ganando, era líder, y disfrutaba de ello. A todo esto, el partido transcurría con mucho enfrentamiento, mucho contacto y muchas amonestaciones. Se notaba la tensión del encuentro, también en los banquillos.

La tuvieron los locales para la igualada al filo del descanso. Se quedó Joselu, mano a mano, con Óscar Santiago que volvió a estar sensacional, salvando nuevamente el empate. Así se llegaba al descanso, con un conjunto local dominador y un conjunto visitante en ventaja y líder.

Primer varapalo

Dos minutos habían transcurrido del segundo acto cuando la hinchada cántabra enmudecía. Un balón golpeado a bote pronto desde lejos por Borja Domínguez se colaba por la escuadra de la portería visitante. Algo adelantado, quizá, el meta racinguista, nada pudo hacer ante el cañonazo del gallego. Primer varapalo. Pero había tiempo. Toda la segunda mitad.

Al contrario de lo que sucedía en la primera mitad, poco a poco, el Racing de Santander fue superando a su rival. Empezó a combinar, a llegar por banda, a controlar, a dominar, a utilizar a los dos delanteros, que apenas habían aparecido. Y las ocasiones llegaron. Ya la tuvo Pumpido contra Mackay, pero su control se fue largo.

Cambio de tornas

Seguía dominando el conjunto visitante, sin grandísima superioridad pero mereciendo más. Entró Coulibaly por Pumpido y el Racing ganó en profundidad y en 'punch' ofensivo. La tuvo Fede San Emeterio en una jugada embarullada en el área. El disparo del lateral cántabro lo sacó Mackay bajo palos, con una mano salvadora cuando ya se cantaba el gol. 

Seguía avanzando el encuentro y, en el minuto 75, Borja Granero enganchaba un voleón para hacer el segundo. Golazo. Saque de falta, al segundo palo, donde aparecía el capitán verdiblanco, quien empalaba el esférico de primeras y cruzaba su disparo, potente, hacia la escuadra contraria. Segundo golazo del día. Sonreía el Racing cántabro y su millar de aficionados.

Ya en la recta final del encuentro incluso pudo ampliar las distancias el cuadro de Pedro Munitis. La tuvo Dioni a la media vuelta, en una jugada características del ariete andaluz. Se le fue ligeramente fuera. 

Segundo varapalo, drama y rabia

Y en el minuto 89... llegó el drama. Drama para unos, sonrisa para otros. Falta favorable al Racing de Ferrol y que, tras varios toques y rechaces, acabó siendo gol en propia de Mikel Santamaría. Un desafortunado tanto que le dejó hundido. Eso sí, el zaguero vasco incluso pudo hacer el tercero en el tiempo de descuento, pero Mackay detuvo su remate.

Entre broncas, tanganas, enfrentamientos, gestos feos en el césped y en la grada y la expulsión de los entrenadores de uno y otro equipo, el partido moría y con ello las esperanzas cántabras de ver a su Racing líder. Eso sí, queda una opción en la última jornada para poder ser primeros. Por su parte, las sonrisas se multiplicaron en el bando ferrolano. Afición y equipo se unieron en el último encuentro de la fase regular en A Malata. Felices, siguen líderes y dependen de sí mismos para mantener tal honor en la última jornada.