Se citaban en el Estadio de Vallecas los dos equipos que más goles habían encajado en las primeras jornadas. 17 lamentos sumaban por separado Espanyol y Rayo Vallecano antes de que Eduardo Prieto Iglesias diera orden de empezar el encuentro. Quizás para evitar agrandar ese negativo guarismo, ambos conjuntos salieron del vestuario concentrados y sin intención alguna de dar un paso en falso. 

No había espacio para las sorpresas en el once Jémez, quien buscaba cortar una racha de tres derrotas consecutivas. Tras su buen partido en el Camp Nou, volvió a pegar en la banda derecha a Lass Bangoura, hizo lo propio con Patrick Ebert en el flanco contrario. Jozabed en esta ocasión serviría de enlace entre la pareja de medio centros Baena y Trashorras y el máximo goleador del equipo en la delantera. Javi Guerra, con los dos de esta noche, lleva ya seis tantos (el curso pasado en Málaga hizo cinco) y se coloca entre los máximos anotadores del campeonato.

Pasados unos minutos de tanteo, en el que el Espanyol pudo adelantarse con un testarazo de Víctor Álvarez tras asistencia de Hernán Pérez al que Toño respondió con una mano tan fuerte como impresionante (11'), el club vallecano se hizo dueño del esférico. Con la posesión claramente rayista, el Espanyol se adentraba cada vez más en su propio campo hasta el punto que su 4-4-2 a veces parecía un 6-2-2 con los centrocampistas de banda Hernán y Álvarez siguiendo a Razvan Rat y Lass.

El Rayo, que dominaba el partido, se adelantó de penalti

Porque no era el lateral Tito el hombre abierto en la banda derecha, sino el extremo guineano. El Rayo repitió en salida la siguiente acción: Baena se colocaba entre centrales, Llorente recibía el balón y avanzaba metros con libertad mientras Tito trazaba una diagonal que le colacaba como falso interior cercano al área. No terminó de producir ataques por ese costado (pese al enfado de Jémez con Lass), aunque sí asentar el juego franjirrojo en el campo contrario. El peligro para Pau López llegaría por el flanco izquierdo con los centros de Rat y Ebert rematados por Guerra (13'), directamente fuera, y Lass que acabó asistiendo para que Ebert cabeceara al palo (18'). 

En el siguiente desequilibrio, pasada la media hora, por la banda de Arbilla y Hernán Pérez llegaría el penalti que rompió la igualdad. Javi Guerra fue a rematar al primer palo un centro de Rat, sintió el contacto de Enzo Pérez y cayó dentro del área. Prieto Iglesias no lo dudó y Roberto Trashorras no perdonó a pesar la de acertada estirada de Pau López (36'). El Rayo dominaba al descanso, ya estaba por delante en el marcador y encima estaba anulando a Asensio, sólo visto a balón parado. 

Sánchez y Guerra, antagonista y protagonista

La segunda parte trajo novedades y antes del minuto 60, Lass y Ebert habían dejado su puesto a Bebé y Adrián Embarba, quienes intercambiaron las bandas que habían dispuesto africano y alemán. Si bien el guión no había cambiado mucho, sí que la sociedad Asensio-Caicedo apareció a la hora de partido. Una buena salida desde el campo propio al primer toque, terminó con un centro del jugador del Madrid y un remate liviano del ecuatoriano que Toño envolvió con sus guantes.

Nunca se sabrá si el doble cambio de Sergio González de Burgui (por Hernán) y Montañés (Álvarez) hubiese podido funcionar, puesto que en la siguiente jugada a su entrada Víctor Sánchez agarró y derribó a Baena en tres cuartos de campo y Prieto Iglesias enseñó al canterano del Barça su segunda amarilla (66'). Contra uno menos y un rival que nunca se había acomodado, aparecería Javi Guerra para finiquitar el choque con un doblete.

Javi Guerra lleva 6 goles en 7 partidos

El 2-0 (76') llegó tras una pérdida en salida de Asensio que condujo donde no debía y un centro de Bebé al segundo poste que el malagueño empujó sabiéndose vencedor. Y el 3-0 apenas dos minutos después, de bella factura, tras recibir en la frontal, conducir en paralelo a la frontal para buscar el hueco desde donde hacer su sexto gol (llegó con la Liga ya empezada) para dormir como máximo anotador español de la Liga. 

El resto de minutos pasaron sin incidencias hasta que en el segundo y último de descuento, el Espanyol contragolpeó,  Tito cometió penalti por tocar con la mano un disparo perico, con la que vería su segunda amarilla, y Toño, para refrendar su gran estado de forma, adivinó el deficiente golpeo de Burgui desde los once metros. Los tres puntos se quedaron en Vallecas que cedieron el dudoso honor a su rival de ser los más goleados de la Liga a pesar de albergar 12 puntos, dos más que el Rayo tras la victoria contada.