El conjunto madrileño ponía rumbo ayer a Tarragona para medirse al Reus, que hasta la fecha no había perdido ningún encuentro y para muchos, con tan solo siete jornadas disputadas, es ya un candidato para luchar por los puestos de ascenso a la Primera División, por lo que el partido no parecia sencillo para los franjirrojos.

El Rayo se encontró consigo mismo contra el Getafe en Vallecas la semana pasada. Reaccionó ante los malos resultados del equipo y respondió con una victoria por 2-0 ante los azulones de Esnáider. Fue en este derbi madrileño cuando el Rayo se parecía más al de los últimos cinco años, cuando estaba Paco Jémez al mando, pudiendo disfrutar de la posesión en el medio del campo, buscando el juego interior con Ebert en la media punta, y aprovechando la subida de los laterales para buscar la superioridad numérica en campo contrario. 

El Rayo no truena fuera de casa

El Rayo era aquel que manejaba de cabo a rabo los encuentros, quitándole la posesión a los más grandes de la Primera División, pero por ahora se apoderan de él en la Segunda División, y no le dejan tronar como antes. Ayer los papeles se cambiaron de nuevo, y no es la primera vez que le pasa al Rayo en esta liga. El Reus controlaba el partido desde el pitido inicial de Gorka Sagués, con gran peligro cuando se acercaba a la meta de Toño y a balón parado, como llegó el gol para los locales tras un saque de esquina que remató Folch para poner el 1-0 al término de la primera parte

La segunda comenzaba de la misma manera, el Reus era el dueño y el Rayo esperaba tener su momento en un partido en el  que aún no habia disparado a puerta durante los primeros 45 minutos. Pero se dice muchas veces que el fútbol es injusto, o que puede pasar cualquier cosa en un partido, porque cosas más raras se han visto, y ayer sin merecerlo, el Rayo empató en el último instante de partido debido a un tiro de Javi Guerra que el guardameta reusensen no pudo blocar y dejó el balón en los pies de Amaya para poner el 1-1 en el marcador. El empate supo victoria para el Rayo y a derrota para el conjunto reusense, que hizo todo lo que hay que hacer en el terreno de juego para llevarse los tres puntos.

El empate no esconde el mal juego

Que ayer empatase el Rayo sirvió únicamente para tener un punto más en la clasificación. Pero eso pasó ayer, la suerte no viene todos los días, y es que el Rayo no encuentra su identidad de buen juego desde que está Sandoval en el banquillo vallecano. De los 21 puntos disputados, el Rayo ha conseguido tan solo 8; preocupantes números para un equipo que su objetivo es estar el año que viene en la máxima categoría del fútbol español. De esos 8 puntos, 7 son en Vallecas, y el punto restante fue posible ayer ante el Reus en Tarragona. Si hay alguna categoría dificil es la Segunda División: muchos equipos, muy igualados y muchos candidatos a aspirar a la Primera División. Por eso, hoy por hoy, el Rayo debe cambiar la imagen de juego fuera de casa y sumar puntos si quiere estar entre los de arriba.

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