Dicen que mejor tarde que nunca y el Rayo Vallecano hizo real este dicho tan común. Primera victoria a domicilio de la temporada para los vallecanos que supone la segunda victoria en dos jornadas, algo que no ocurría desde la temporada pasada. El equipo de Baraja mostró su versión más efectiva, los tres puntos al bolsillo pero sin hacer su fútbol más vistoso.

Y es que la Segunda División es una categoría tan igualada que se producen unos en la clasificación con ganar varios partidos seguidos, eso sí, lo difícil es conseguirlo, cualquier equipo tiene la capacidad para dar la sorpresa y ganar en cualquier campo.

La primera parte fue muy plana en la que los ataques posicionales marcaron la dinámica del encuentro y ninguno de los dos equipos se aventuraba a romper la sintonía del partido. El Nàstic llevó la iniciativa desde el dominio de la posesión mientras que el equipo de Baraja se replegaba a la espera de algún clavo ardiendo al que agarrarse que les llevara hasta la portería rival.

Fuente: laliga.es
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Los primero 45 minutos estuvieron faltos de ritmo, demasiado control por parte de ambos equipos. Las ocasiones más claras corrieron a cargo del conjunto catalán, en botas de Tejera y Uche. Sensible fue el descontento del graderío con el colegiado, en el primer tiempo. Dicho enfado se produjo por varias faltas en las que el árbitro decidió no mostrar tarjeta amarilla a jugadores rayistas y que culminó con el estallido de los aficionados granas con un penalti no señalado por una mano de Zé Castro dentro del área.

Fuente: laliga.es
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Javi Guerra pudo haber marcado en la última jugada de la primera parte pero este no supo definir, sin quitarle merito a la actuación de los centrales del Nastic que hicieron lo posible para que el “24” del Rayo no abriera el marcador. Hubiese sido un jarro de agua fría para los catalanes después de lo que se había visto.

La segunda parte no varió mucho con respecto a la primera, con un juego muy sosegado y falto de velocidad en la circulación de balón. Sin embargo, la charla de Baraja caló y su equipo fue más agresivo que en la primera parte. Aguirre pudo abrir el marcador con una volea al inicio de la segunda parte.

Fuente: laliga.es
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Dentro de esta monotonía, se produjeron más llegadas al área para ambos equipos. Delgado, Jean Luc y Manucho tuvieron buenas ocasiones pero no consiguieron transformarlas en gol. Pero en el minuto 88, apareció Javi Guerra, como al final del primer tiempo, para darle la victoria a su equipo.

Un remate peculiar pero a la vez elegante sirvió para batir a Dimitrievski. El delantero dejó su pierna atrás y consiguió cruzar el balón al palo contrario del portero tarraconense. De esta manera, el ariete malagueño anota su tercer tanto en lo que va de temporada y su segunda jornada consecutiva marcando (ya metió un gol frente al Alcorcón). Para las aspiraciones del Rayo Vallecano, los goles de su número "24" son fundamentales y actualmente se encuentra en un gran estado de forma.

Fuente: laliga.es
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Con este gol, el Rayo Vallecano sacó petróleo de su visita a tierras catalanas y sirve para certificar la segunda victoria consecutiva. El partido estaba encaminado a terminar en empate pero Javi Guerra apareció para evitarlo. En el fútbol, la efectividad de un equipo o su desdicha de cara al gol son los culpables de que, en muchas ocasiones, el resultado final de un partido no siempre sea el más justo. El equipo rayista se toma su pequeña venganza con el equipo tarraconense que le había eliminado en los penaltis en la Copa del Rey. Con esta victoria, el Rayo Vallecano se aleja del descenso y se situa en media tabla con 22 puntos. La cara opuesta, el Nastic de Tarragona, sigue cerrando la tabla clasificatoria de Segunda División y no termina de arrancar.

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