2016, posiblemente el peor año del Rayo Vallecano en la última década, no pintaba de esa manera. Al menos, si nos fijamos en la segunda vuelta que hizo el club vallecano en Primera División, no resulta del todo ecuánime.

El bajón final acabó con la pérdida de categoría

El equipo aún entrenado por Paco Jémez finalizó la primera vuelta en descenso, tras acumular una pésima racha ya que la última victoria la consiguieron el primer fin de semana de noviembre. Una serie de derrotas, incluida la sonrojante en el Bernabéu por 10-2, llevó al equipo vallecano a los puestos rojos junto a Sporting y Levante –que no abandonaría ya la última posición-.

A partir del mes de enero, el Rayo Vallecano encadenó una gran racha positiva. Entre la jornada 20 y la 26, contando con los empates ante Valencia, Deportivo, Sporting, Sevilla y Betis, además de la victoria ante el Celta por tres a cero. Los madrileños llegaron hasta la 15ª y 16ª posición, viendo el descenso bastante lejos. Lograron salir del descenso a las pocas jornadas y no volverían a pisarlo hasta la penúltima, cuando cayó en Anoeta. El resto es historia.

La racha se cortó en Vallecas ante el Barcelona (1-5). Leo Messi hizo magia aquel día con un hat trick que sirvió para afianzar a los de Luis Enrique para conseguir el campeonato a final de temporada. Después de otra derrota frente al Espanyol, el equipo sumó dos empates hasta que consiguió de nuevo la victoria.

Fue ante el Getafe en el Estadio de Vallecas por 2-0. Un partido que se tomó muy en serio, consciente de la importancia que conllevaba. Pasaban las jornadas y el Rayo lograba mantener la resta de dos o tres puntos siempre de la zona de descenso. De la 28ª a la 36ª los de Paco Jémez estuvieron en la 16ª posición, y luego cayó a la penúltima y definitiva.

El Rayo era consciente de que en los partidos ante el Real Madrid y Atlético de Madrid conseguir puntos se antojaba más que complicado. Y a punto estuvo de conseguirlo ante los de Zidane, que tiraron de orgullo una vez más y gracias a Bale sumaron tres puntos. El partido de Anoeta ante la Real Sociedad estaba marcado a fuego, y el equipo pinchó.

La Real Sociedad, que ya no se jugaba absolutamente nada, demostró más raza y más ganas que su rival. Los goles de Oyarzábal y Bautista fueron una losa insuperable para el Rayo. El golazo de Javi Guerra a veinte minutos del final no fue suficiente y el conjunto vallecano se fue a la última jornada sin depende de sí mismo.

En la última jornada, los de Jémez cumplieron ante el ya descendido Levante, pero no fue suficiente al necesitar el pinchazo del Sporting de Gijón ante el Villarreal de Marcelino. Vallecas vio a su equipo en Segunda División, donde no se ha terminado de acoplar del todo bien. El Rayo Vallecano se encuentra un punto por encima de la salvación, con cambio de entrenador incluido de Baraja en detrimento de Sandoval.

La última jornada de Primera.

Se cumplió ante el Levante, pero... ¿existió complot de Marcelino en el partido Sporting-Villarrreal?

Resumiendo el 2016 de la parroquia callecana vemos que se han sucedido alegrías y tristezas tanto por parte de la afición y del club franjirrojo. Lo más destacado y doloroso del 2016 puede que sea el descenso en la última jornada frente al Levante, equipo que sabía matemáticamente su descenso.

La última jornada de la Liga del 2016 tuvo mucha incertidumbre y nerviosismo, puesto que tres equipos (Getafe, Sporting y Rayo Vallecano) se disputaban la salvación. El Getafe era el que más fácil lo tenía, dependía de si mismo frente el Real Betis, tenía que ganar y ya estaba salvado, pero no fue así y fue derrotado en el Benito Villamarín por (2-1). El Sporting no dependía de si mismo, necesitaba ganar a un fuerte Villarreal que estaba en puestos de Europa y que el Getafe no venciese al Betis. Así sucedió , dejando a todo el mundo sorprendido el Sporting venció por (2-0) al Villarreal de Marcelino que declaraba días antes que le gustaría que se salvara el Sporting. El Rayo Vallecano dependía de lo que hicieran Getafe y Sporting, necesitaba que no ganasen ambos equipos, no pudo ser, el Rayo venció al Levante con un contundente (3-1) el Getafe fue derrotado, pero el Sporting venció. Con estos resultados descendían a la Segunda División el Rayo Vallecano, Getafe y Levante.

Las declaraciones de Marcelino de que le gustaría que se salvara el Sporting frente a su Villarreal no se quedaron en unas simples palabras, si no que tuvo una gran repercusión y discusión entre el ya ex-entrenador del Villarreal, Roig (Presidente del Villarreal) y Raúl Martín Presa (Presidente del Rayo Vallecano). No obstante al finalizar el encuentro del Sporting y Villarreal la mujer de Marcelino subió a las redes sociales la alegría que sentía ante la salvación de éste.

Raúl Martín Presa dio unas declaraciones criticando a Marcelino y destacando a Leo Baptistao: "Esto son especulaciones mías, el hombre se vació en intentar empatar, metió un balón al palo. Estaba jugando muy fuerte y lo sustituyeron. Además no ejercieron la opción de compra porque los comentarios técnicos no fueron los más adecuados”. A estas declaraciones se sumaron las del presidente del Villarreal, el cuál despidió a Marcelino antes de encarar la eliminatoria de la Champions League: “Tuve que tomar unas decisiones que me resultaron difíciles. Pero no puedo permitir que haya clubes paralelos dentro del Villarreal y que otros tomen decisiones. Nos ha costado muchos años de honradez deportiva para que alguien que pretende seguir otra línea vaya por otro rumbo. El camino del Villarreal lo marca el presidente”.

Ese partido tuvo una gran repercusión tanto para el descenso del Rayo Vallecano, la permanencia del Sporting y el cese de Marcelino ante el descontento de su presidente.

Las nuevas caras, ni cumplen ni aparecen

El Rayo Vallecano se reforzó el pasado verano tras la marcha de Cobeño, Pablo Hernández o Jozabed con Ernesto Galán, Paulo Gazzaniga, Santi Comesaña, Franco Cristaldo, Bruno Zuculini y Pablo Íñiguez. Salvo el portero argentino, los demás apenas han tenido la oportunidad de lucirse con la franja. Bien sea por lesiones o por la no confianza tanto de Sandoval como de Baraja, el Rayo se sigue sustentando en los pilares de la temporada pasada, como Trashorras, Miku o Álex Moreno.

Galán, llegado a coste cero procedente del Mirandés, apenas ha tenido incidencia en el juego, aunque tampoco se puede decir que no haya jugado. El lateral derecho ha sido un fijo en las dos eliminatorias de Copa, además de jugar nueve partidos ligueros, donde ha anotado un gol, ante el Getafe. El madrileño también ha jugado como central, aunque el flanco derecho sea su especialidad.

Siguiendo en la defensa, Pablo Íñiguez no ha tenido la fortuna necesaria. El central valenciano llegó a la capital madrileña dispuesto a liderar una zaga bastante longeva, pero tras jugar la primera jornada, se lesionó. Se estima que para el mes de enero Íñiguez pueda volver a los terrenos de juego y formar junto a Zé Castro una buena pareja.

Subiendo a la medular, Santi Comesaña ha disputado algo más de 200 minutos, repartidos en siete partidos ligueros. El gallego llegó procedente del Coruxo también sin costar un euro a la entidad vallecana, pero no está gozando de muchas oportunidades.

Franco Cristaldo llegó el último día de mercado de fichajes procedente de Boca Junios. El equipo xeneize depositó su confianza en el Rayo Vallecano al ceder al mediocentro argentino. Tras siete partidos, ha anotado un gol, ante el Alcorcón. No es la primera experiencia en el fútbol español del centrocampista, ya que estuvo cedido en el Elche.

Su compatriota Bruno Zuculini llegó también in extremis cedido por el Manchester City. Ganador de la copa griega el pasado mes de mayo con el AEK Atenas, el centrocampista ha completado los dos partidos coperos más nueve ligueros, sin anotar todavía gol alguno. Zuculini también estuvo cedido en el Valencia y en el Córdoba. También es internacional sub 20, con un partido disputado.

Por último, el más utilizado. El portero Gazzaniga fue uno de los primeros refuerzos de los vallecanos. Cedido por el Southampton, el argentino ostenta ahora mismo la titularidad de la meta franjirroja debido a la lesión de Toño. A pesar de disputar la primera jornada liguera, Sandoval perdió la confianza en él y siguió apostando por el veterano meta. A raíz de la lesión, ha disputado 15 jornadas, de las cuales solo no ha recibido gol en tres de ellas. También jugó la dos rondas coperas, ante Almería y Gimnástic.

En definitiva, las nuevas caras del Rayo Vallecano no han terminado de asentarse en la titularidad. El equipo ahora entrenado por Baraja sigue siendo liderado por Roberto Trashorras o por los centrales Zé Castro y Dorado.

Segundas partes… con José Ramón Sandoval

El 27 de junio de 2016 se hacía oficial el fichaje de José Ramón Sandoval con el Rayo Vallecano. La decisión pilló a muchos por sorpresa, ya que no era el nombre que sonaba con más fuerza en las quinielas tras el descenso del equipo y la marcha de Paco Jémez al Granada. Otros como Juan Ramón López Muñiz o Alberto Toril parecían tener más opciones, pero de la mano de Ramón Planes llegaría el técnico de Humanes a la disciplina franjirroja.

Dice el dicho que “segunda partes no son buenas”. No siempre es así, pero en este caso se cumplió. José Ramón Sandoval, que ya formó parte de la casa vallecana entre 2007 y 2012 (ascenso al filial, ascenso al primer equipo y permanencia lograda con ‘Tamudazo’ incluido), salía por la puerta de atrás del Rayo el 6 de noviembre. Algo más de cuatro meses después, el técnico se había visto incapaz de lidiar con la trayectoria y la realidad de un equipo, un vestuario, una afición y un club con objetivos confundidos y dudas hasta en los pases horizontales.

El periplo de Sandoval comenzó de manera irregular. Después de una pretemporada inmaculada, en la que el equipo no perdió ningún partido, los jóvenes gozaban de minutos, y el equipo encajaba a la perfección. Con la llegada de la competición oficial, todo se torció. El Rayo no ganaba fuera de casa pero no perdía en el Estadio de Vallecas. Esta arma de doble filo iba manteniendo con vida al míster, ya que en casa el equipo daba la talla más o menos. Pero había dos condicionantes más que no auguraban un final feliz al periplo de Sandoval.

El primero de ellos fue la ausencia de un estilo de juego o definido. Para bien o para mal, todo el mundo sabía a lo que jugaba el Rayo de Paco Jémez. Sin embargo, el equipo jugaba a rachas, no dominaba el control del partido y carecía de sello de identidad. Así es muy difícil formar un bloque con los jugadores, sean los que sean. Por otra parte, los pesos pesados del vestuario no tenían una buena relación con él. Si ya de por sí la plantilla quedó enrarecida tras el despropósito de Anoeta (amaños, falta de actitud, etc), jugadores como Miku o Trashorras llegaron a enfrentarse con el propio entrenador del Rayo, además de simular lesiones para no ir en las convocatorias del equipo.

El caldo de cultivo se iba agravando, aunque aparecía un halo de esperanza. El equipo había superado la segunda ronda de la Copa del Rey en Almería, y debía jugar, por ello, tres partidos seguidos en casa, en el fortín. La trayectoria por la competición copera acabó en despropósito, pero ante el Numancia y el Girona el equipo tenía hechuras de poder hacer algo grande. Las derrotas ante Tenerife y UCAM Murcia, con un retroceso claro en juego y actitud, condenaron al ostracismo a José Ramón Sandoval.

El ‘Pipo’, el último comodín de la Baraja

En noviembre llegó Rubén Baraja, ex jugador del Valencia, ex entrenador del Elche, donde, por cierto, coincidió con Ramón Planes. Seis partidos después, es una incógnita saber qué puede deparar la ‘era Baraja’ en el Rayo Vallecano. No se aprecian grandes diferencias con respecto a su predecesor en cuanto al estilo de juego o a las decisiones tomadas tanto en el planteamiento del partido como cuando hace falta una alternativa para buscar una solución.

Los resultados de la mano de Baraja no son demasiado esperanzadores. Actualmente el equipo está situado en la Liga 1|2|3 en la decimoquinta posición con 22 puntos, a cinco de la zona de ascenso y solo un punto por encima del descenso. Es cierto que con esos números, y la poca distancia que existe entre los equipos en esta categoría, es muy complicado tratar de adivinar dónde estará el equipo allá por el mes de junio. Aficionados rayistas, prepárense para lo mejor y lo peor, les espera una segunda vuelta de infarto, donde el equipo puede estar peleando por soñar con volver a primera, o sufrir lo indecible para no caer al pozo de la 2ªB. Todo está en la mano de Baraja.

De momento, en los seis partidos en los que el vallisoletano ha estado al frente, el equipo ha recobrado las buenas sensaciones a cuentagotas, y las ha vuelto a perder. Su estreno no fue demasiado alentador, con una derrota en Lugo en la que parecía no aportar nada distinto a lo ofrecido por el anterior técnico. La irregularidad volvería a ser la tónica general del equipo. Ante el Huesca, el Rayo no pudo ni contra diez, tan solo pudo arrancar un empate a dos goles en su propio feudo. Después llegaron días de felicidad con la victoria ante el Alcorcón demostrando, por primera vez, una mínima adaptación a la categoría, a la que siguió una victoria fuera de casa más de un año después, ante el Nàstic.

Cuando todo parecía otra vez de color de rosa y la alegría se había disparado con la mirada puesta hacia arriba, llegaron otras dos tardes nefastas para cerrar el año. El partido ante el Levante, aplazado en su día, volvió a traer una derrota, y lo que es peor, la falta de soluciones y alternativas para dominar el partido. Pero la gota que colmó el vaso fue en el último partido del año, ante el Zaragoza. Un esperpéntico fallo de Gazzaniga en la derrota por un gol a dos representa el mal estado por el que pasa el equipo de Baraja.  

Fran Beltrán: un futuro muy presente

El canterano ha pasado en apenas unos meses de jugar con el juvenil rayista a ser una de las revelaciones de la categoría de plata del fútbol español. Con una madurez impropia de su edad y con un gran desparpajo con el balón en los pies, Vallecas ve en el joven jugador un referente de cara al futuro más inmediato.

Que en el año 2016 para el Rayo Vallecano ha sido para olvidar es una realidad. Al descenso de categoría con el que se acabó la campaña 2015-2016 hay que sumarle una primera vuelta, a falta de dos partidos, bastante discreta por parte de los franjirrojos. Los errores puntuales, la falta de acierto, la debilidad defensiva, los líos extradeportivos… Todos estos temas se han convertido en el pan de cada día para los fieles seguidores vallecanos, que ven como su equipo pelea por no descender a Segunda División B cuando el objetivo no era otro que el ascenso.

Sin embargo, no todo son penas en la Avenida de la Albufera, ya que también hay motivos positivos que hacen mirar al futuro con optimismo. Uno de ellos tiene nombre y apellidos: Fran Beltrán Peinado. A sus 17 años, el canterano se ha echado al equipo a sus espaldas y está tirando del carro como si tuviera 30 años y como si llevara toda la vida jugando en Segunda División. Bien por las bajas, las lesiones o los constantes cambios en las alineaciones por los malos resultados, está disfrutando de muchos minutos, bien sea acompañando a Trashorras, Baena, Cristaldo o incluso a Zuculini.

Tras anotar su primer gol como jugador del primer equipo en Tenerife, la promesa se va convirtiendo cada día más en una realidad, y ya es un jugador más de la primera plantilla rayista. Madurez, talento, sacrificio y calidad son algunos de los calificativos que sirven para definir a Fran, que ha pasado de jugar contra juveniles a jugar contra equipos como el Zaragoza o el Valladolid en apenas unos meses.

 A punto de llegar a la mayoría de edad -cumplirá los 18 en febrero- son muchos los ojeadores que han querido ver en directo las evoluciones del mediocentro, que finaliza su contrato el próximo 30 de junio; por lo que a partir del 1 de enero podrá negociar su fichaje por otros conjuntos si el Rayo Vallecano no lo remedia. Sería una pena ver como se escapa una de las mayores promesas de la cantera vallecana, que debe ser la que nutra al primer equipo de jugadores jóvenes con proyección, como es el caso del propio Fran, o de Jonathan Montiel.

En definitiva, si el joven futbolista sigue ofreciendo el nivel futbolístico demostrado hasta el momento el resto de centrocampistas de la plantilla rayista tendrán en Fran un duro competidor para alcanzar la titularidad. Su polivalencia, puede jugar de medio defensivo y de centrocampista creador, le hace aunar una serie de características que unido a su gran calidad le han convertido en una de las revelaciones de la temporada en Segunda División. Mientras se decide su futuro, el deberá seguir haciendo lo que mejor sabe: hablar con el balón en los pies, y en eso Fran Beltrán tiene mucho que decir. 

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Redacción Rayo VAVEL
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