El conjunto franjirrojo empató en su visita a Soria, y enlaza su segundo partido sin partido sin perder y el segundo también sin encajar gol, datos que invitan al optimismo. Desde el pitido inicial, el Rayo Vallecano fue dueño y señor del encuentro y del esférico, dominando de manera clara a un Numancia que solo podía crear peligro al contraataque. Sin embargo, ese dominio no se tradujo en ocasiones excesivamente claras, sino en llegadas y acercamientos que despejaba la zaga local o que acababan en saque de esquina.

Sin embargo, hubo una jugada que sí que acabó en gol, pero el colegiado no lo dio por válido. Un centro de Lass Bangoura pegado a la línea de fondo, acabó encontrando en el segundo palo el remate de cabeza de Álex Moreno, aunque de poco sirvió ya que el árbitro consideró que en el centro el balón había salido del terreno de juego, algo difícil de entender y de observar incluso en las repeticiones que ofreció la televisión.

Tras el descanso, el equipo vallecano intentó seguir llevando el timón del encuentro, pero el cansancio y una ligera mejoría del conjunto local hicieron que los últimos quince minutos se hicieran muy largos para los de Michel. Una gran parada de Gazzaniga y un corte muy oportuno de Dorado impidieron el gol local, y el choque terminó con una última ocasión de Javi Guerra que estrelló su remate en el cuerpo de Aitor.

En definitiva, hay aspectos negativos y positivos que deja el duelo. Los negativos son que el Rayo perdió la oportunidad de sumar dos puntos y dejar un poco más lejos la zona caliente de la clasificación, así como la falta de gol. Los buenos son que el equipo acaba la jornada fuera de los puestos de descenso y que deja de nuevo la portería a cero, con una muy buena primera mitad en la que mereció irse por delante en el marcador.