Comenzó el partido como una moto el Rayo Vallecano, demostrando que era el equipo que jugaba como local y que, de primeras, iba a por los tres puntos. Antes del primer minuto, Ebert y Javi Guerra se intercambiaron los papeles y el alemán cabeceó desviado un buen centro del andaluz.

Con el primer cuarto de hora superado en el luminoso del Estadio de Vallecas, el conjunto gallego apenas había avanzado de medio campo y el conjunto local había vuelto a avisar con disparos de Embarba o Ebert. Sin duda, otro Rayo Vallecano estaba sobre el terreno de juego viendo cómo ha ido la temporada. Un Rayo que buscaba la sexta jornada consecutiva sin perder y, sobre todo tres puntos para alejarse aún más del descenso.

Antes de cumplir la media hora de partido el equipo de Míchel tuvo la más clara por el momento, con un remate de Embarba que obligó a Fernández a volar para evitar el primer gol del encuentro. En la otra portería, Gazzaniga era un mero espectador ante el gran marcaje que estaban realizando tanto Amaya como Íñiguez a Joselu, máximo goleador de la competición.

El partido se fue al descanso con el Lugo encerrado en su campo y perdiendo cada minuto posible. Los de César corrían y corrían detrás del balón, y fruto de esa desesperación Calavera se ganó la primera amarilla del partido tras una pequeña tangana.

César realizó un cambio al descanso, dando entrada a Fede Vico en el lugar de Sabater, consciente de que algo tenía que modificar en su plantilla. Un puesto de play off es lo que buscaban los gallegos y el empate en Vallecas no le servía. El Lugo salió mejor en la segunda mitad y fue superior en los primeros compases al Rayo, cuya misión era mejorar la puntería.

A los diez minutos, Djalo se ganó la amarilla por una falta en la frontal del área, que fue botada magistralmente por Patrick Ebert. Sin embargo, la zaga lucense salvó la ocasión sobre la línea de gol. Míchel movió fichas, incorporando la velocidad y verticalidad de Lass en detrimento del alemán Ebert. Trashorras se llevó la primera amonestación rayista tras una fea entrada. Quedaba media hora de juego y el marcador seguía igual.

La entrada del guineano reavivó al Rayo y cambió por completo el partido. Lass forzó un penalti tras un gran eslalon justo antes de tener una de las mejores ocasiones del partido, sentando a varios rivales. Javi Guerra fue el encargado de transformar el penalti en el primer gol del encuentro, más que merecido para el Rayo Vallecano.

Caballero entró al terreno de juego en lugar de Pita. A César solo le quedaba un cartucho por gastar con veinte minutos por delante, que fue gastado minutos después con la entrada de Yelko Pino en el lugar de González. Al mismo tiempo, Míchel quitaba al goleador Javi Guerra –ocho ya en liga- para dar entrada a uno de los héroes para la afición: Manucho.

Tres minutos tardó el angoleño en convertirse en protagonista del encuentro. Una gran jugada iniciada por Fran Beltrán –donde también participaron Gazzaniga, Amaya y Galán- terminó con un gran centro raso de Lass que Manucho envió al fondo de la red, consiguiendo el cuarto gol en la competición. La conexión africana sentenciaba casi el encuentro, a pesar de que a la siguiente jugada el Lugo pudo recortar distancias con un balón al larguero. Adri Embarba ponía las tablas instantes después en el particular partido de las tarjetas amarillas.

Con la entrada de Jordi Gómez por Fran Beltrán, que se llevó la gran ovación de la tarde con permiso de los benjamines al descanso, se murió el partido. El Rayo Vallecano sumó la segunda victoria consecutiva en Segunda y la racha de partidos sin conocer la derrota asciende ya a seis, el record personal esta temporada. Así las cosas, el descenso está un poco más lejos y, con 43 puntos, los de Míchel respiran aliviados. Con 48 puntos y más lejos de los puestos de promoción a Primera se quedan los gallegos, que no hicieron su mejor partido ni mucho menos.