Un año después, Rayo Vallecano y Levante vuelven a verse las caras en la capital madrileña. Sin embargo, las cosas han cambiado bastante tanto para los franjirrojos como para los granotas. La anterior vez que ambos equipos se midieron en Vallecas fue aquel fatídico 15 de mayo, sin duda uno de los días más tristes para la parroquia vallecana. El escenario era el siguiente: última jornada de Primera División, a la cual llegaba descendido el Levante tras una horrible temporada. Ni Lucas Alcaraz ni más tarde Rubi pudieron hacer del equipo valenciano un conjunto sólido y llegaron a aquel partido sin opciones.

Sin embargo, el Rayo Vallecano se aferraba a su única esperanza tras caer derrotado la anterior jornada en Anoeta. Las cuentas eran sencillas pero no fáciles: una victoria ante el Levante y un pinchazo del Sporting ante el Villarreal en El Molinón. A pesar de conseguir la victoria por tres goles a uno, el equipo de Paco Jémez perdió la categoría. Casualidad o no, aquel Villarreal de Marcelino perdió 2-0 ante el Sporting de Gijón, en un partido que arrastrará para siempre una eterna polémica.

Meses después, Rayo y Levante comenzaron su andadura en la categoría de plata con el principal objetivo de ascender lo más rápido posible. El partido del Ciutat de Valencia se tuvo que aplazar al mes de diciembre por el fuerte temporal que afectó a la costa mediterránea. Rubén Baraja cayó por un gol a cero en uno de sus primeros partidos al frente del equipo ante un Levante que terminó 2016 de la misma forma que arrancó 2017: a lo grande y pensando ya en su vuelta a Primera.

Así las cosas, el Levante llega al partido del sábado con el billete a Primera División sacado después de vencer el pasado fin de semana al Real Oviedo, y con el único aliciente de hacerse con el título de campeón que le puede arrebatar el Girona. Se medirá a un Rayo que tiene ya prácticamente imposible alcanzar los puestos de play off y que se encuentra a dos puntos del descenso.