Comenzó animado el partido el conjunto local, arropado por su incondicional hinchada. A los tres minutos, una buena combinación en el centro del campo fue culminada con un centro al área de Álex Moreno que Adri Embarba envió al lateral de la red. Primer aviso sobre la portería de Manolo en un partido donde ambos equipos se jugaban la vida.

El ritmo del partido se fue enfriando y el equipo catalán comenzó a perder tiempo en cada oportunidad que se le presentaba la ocasión. El punto les sacaba del descenso –al menos hasta que jugase el Alcorcón- pero no era suficiente. Fran Beltrán intentaba poner algo de desequilibrio en el centro del campo rayista, pero apenas había huecos y las ocasiones no llegaban.

La primera gran ocasión del partido se alcanzaba a la media hora de partido, cuando Embarba empalmó una volea que salió demasiada centrada y Manolo pudo rechazar. Instantes después, Amaya inauguraba la cuenta de tarjetas amarillas tras cortar una peligrosa contra en el centro del campo. Poco más sucedió (más allá de un remate de cabeza fallado por Manucho) en una primera parte bastante aburrida y con apenas un tiro a puerta.

Arrancaron la segunda parte ambos equipos como un ciclón, ofreciendo el espectáculo que merecía la cita. Así, Gazzaniga voló para sacar una espectacular mano tras un remate de cabeza de Manu Barreiro que buscaba la escuadra. A la jugada siguiente, llegó el primer tanto del partido, obra de Manucho –que sumaba cinco en la competición- para el Rayo Vallecano. El africano se aprovechó de una serie de remates dentro del área para empujar a la red un pase de Santi Comesaña.

Merino empezó a mover su banquillo y el mítico Emaná entró al campo en el lugar de Lobato, que apenas tuvo repercusión en el partido. La locura siguió en Vallecas ya que cayó el segundo gol gracias a un zapatazo de Adri Embarba –sexto gol y segundo máximo goleador franjirrojo- desde la frontal del área. Los de Míchel ponían tierra de por medio en el marcador y divertían a su afición. Ebert abandonaba el terreno de juego para dar entrada a Jordi Gómez. Míchel reforzaba el centro del campo ante las posibles embestidas tarraconenses.

El gabonés Madinda y Muñiz entraron en el lugar de Perone y Gbayara para incorporar hombres arriba, en el último intento de Merino en buscar el gol que les metiese en el partido (y en la categoría). Jordi Gómez, Fran Beltrán y Roberto Trashorras se llevaban la cartulina amarilla –hasta en amonestaciones ganaban los madrileños-, al mismo tiempo que el partido perdía casi toda la intensidad debido a los dos goles de diferencia. El baile de amonestaciones lo continuó Tejera, esta vez para el Nástic.

Comesaña dejó su sitio en el centro del campo a Raúl Baena, cuya misión era la de aportar músculo en la medular. Cumplió con creces su papel. Por último, el canterano Fran se marchó del campo, ovacionado una vez más, para dejar su sitio al guineano Lass Bangoura. Ahora sí que sí, el partido moría lentamente.

Al africano le dio tiempo a marcarse una de las jugadas del partido, al regatearse a medio equipo. Cuando encaró la portería rival, decidió pasarla atrás, donde apareció Baena. El mediocentro sentó al central pero, con todo a favor para hacer el tercero, la mandó al limbo.

El Rayo Vallecano se distancia en seis puntos del descenso y deja prácticamente sellada la permanencia en Segunda División a falta de tres jornadas para el cierre. Por su parte, el Nástic vuelve a complicarse la vida después de una buena dinámica y se queda en puestos de descenso. La semana que viene el Rayo visitará al Zaragoza, mientras que el Nástic hará lo propio ante el Girona.