Natural de Villajoyosa, el nombre de la localidad parece un guiño a los primeros pasos de gigante que su vecino da sobre los campos de fútbol de España. El municipio, de algo más de 30.000 habitantes, lleva por nombre “Villa Alegre” en valenciano, algo que parece acompañar al juvenil del Real Madrid. La idiosincrasia y las tradiciones nacionales provocan que el nombre que antecede a este joven futbolista sea de los más típicos del país. Sin embargo, su fútbol es atípico y ya puede presumir de copar portadas y tertulias radiofónicas, asombradas por su desparpajo.

“Si se llega a un punto determinado, ya no hay regreso posible. Hay que alcanzar ese punto” Franz Kafka

Cada vez son menos los que confunden a José con su compañero Jesé Rodríguez. Su figura ha comenzado a erigirse y sus pinceladas de buen fútbol en Alcoy han provocado que poca gente se haya quedado al margen de su irrupción. A pesar de su corta edad, en diciembre cumple los 18, José avanza con paso firme y con los pies en la tierra. Su origen humilde, de familia gitana, posibilita que no le adulen todos los elogios que recibe. No obstante, atrás quedarán los tiempos en los que, cuando no era convocado, acudía a Valdebebas como un aficionado más, sin riesgos a levantar revuelo a su paso. Hace dos semanas, José acudía junto a Antonio Martínez para ver in situ el Real Madrid Castilla - Sporting de Gijón y su presencia no alteró a los asistentes. Era uno más.

Del Hércules al Real Madrid

El mediocentro dio sus primeros toques al balón partiendo desde la banda, donde su recorrido era continuo aprovechando una resistencia desbocada. Su constitución y sus fundamentos físicos le llevaron a ir ocupando posiciones en la medular como mediapunta en el conjunto herculano. Su altura y su fuerza le convierten en un “box to box” que enamoró hace dos veranos, en el 2011, al entrenador del Arsenal, Arsene Wenger. El francés quiso reclutarle al Emirates apostando en serio por un talento que consideraba que tenía los mimbres suficientes para moldear un futuro futbolista de primer nivel.

Wenger le quiso fichar en el 2011

Salido de la cantera del Hércules, tras haber dado el salto desde el equipo de Villajoyosa, José Rodríguez fue quemando etapas hasta que el Real Madrid puso su punto de mira en él. Llegó a Madrid con 15 años con la dureza propia de vivir lejos de casa y adaptándose a un Club cuyas proporciones eran desconocidas en su corta experiencia futbolística. Sin duda, esos primeros meses le hicieron más fuerte y se concienció que el camino a su meta sería arduo. Parafraseando a Kafka, “si se llega a un punto determinado, ya no hay regreso posible. Hay que alcanzar ese punto”, y el joven canterano se obceca por hacer buena la frase del escritor nacido en Praga.

MVP del Mundialito de Clubes Sub-17

José empezó a colocar su nombre en el escaparate en el Mundialito de Clubes Sub-17. Vistiendo la elástica madridista, compartiendo vestuario con Pozo – hoy en el City – el mediocentro tiró de galones y movió al equipo a su antojo. Su acción fue tan descomunal que logró captar la atención del citado Wenger y le sirvió para levantar el trofeo de Mejor Jugador del Torneo a pesar de caer eliminado en semifinales. En aquella ocasión, los penaltis se interpusieron en el camino del Juvenil C madridista y el Barcelona pasó a la final. Para el recuerdo, su exhibición de la segunda parte. Desde aquella tarde de junio, ya hubo quien le señaló con el dedo, sin miedo a caer en malas formas y aseguró: “ese chico llegará”.

El alicantino destaca por su enorme visión de juego y su buena colocación. El entendimiento que tiene del partido es total y lo lee en su cabeza. José Rodríguez sabe alejarse de la jugada cuando su presencia no mejora el transcurso del juego, pero aparece en los espacios para dar una ayuda constante a sus compañeros cuando el equipo necesita desahogarse. Una de sus señas de identidad es el preciso pase entre líneas que consigue superar la presión del conjunto rival, al alimón de su fisionomía con la cabeza levantada y oteando el horizonte. Con el paso de los años ha ido retrasando su posición para conseguir tener más campo de visión. Según su puesto iba siendo más defensivo, José fue ganando consistencia a la hora de ir al choque y aprovechar sus largas piernas para robar balones.

Toril le llevó del Juvenil A al Castilla

Hoy en día, le cuida con mimo Alberto Toril, que confió en su talento y le hizo saltar del Juvenil A al Real Madrid Castilla sin pasar por el C. Al igual que hizo con Jesé, el técnico del filial limita su explosión y no quiere que los elogios le saquen del camino correcto. Por ello, con paciencia y con trabajo diario alcanzará, a buen seguro, la titularidad para ocupar una dupla de futuro junto a Alex Fernández. Sin embargo, la opción de sentar a Mosquera se antoja complicada y tendrá que luchar por conseguir su hueco en el filial.

José Mourinho sabe de su potencial y le cuida en consonancia. Le alaba en público y le ha hecho debutar en Copa ante el Alcoyano. Precisamente, en El Collao demostró su desparpajo y su gol bien podía haber sido firmado por cualquiera de sus compañeros del primer equipo. La colocación del cuerpo y el golpeo con el interior fueron perfectos. A pesar de ello, el talento no asegura el éxito y debe ir acompañado de trabajo. Ha demostrado tener la cabeza en su sitio y no ha dejado pasar la oportunidad de asegurar que la importancia de sus éxitos radica en el funcionamiento del equipo. Y su equipo, hoy por hoy, es el Real Madrid Castilla. Luchará para lograr la meta, sin embargo, siempre se recordará que en El Collao empezó una historia cuyos renglones están por escribir por el mejor de los escritores: él mismo.

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Sobre el autor
Adrián Orzáez
Editor. Redactor del Real Madrid. Licenciado en Economía y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Email de contacto: [email protected]