Las dudas acechaban el Di Stéfano. El Castilla, continuando con su irregular rendimiento, regresaba a las mañanas de domingo para recibir al Córdoba. Un Córdoba que venía de golear al Almería pero que apenas se dejó ver por la capital. Hoy, el Castilla mostró su mejor cara. La de la presión, el robo y la velocidad. La de la efectividad y la del mejor Jesé. El canario se recuperó a sí mismo. Necesitaba la confianza que supo encontrar muy pronto y, con ello, el resto llegó rodado.

Las primeras impresiones muchas veces lo hacen todo y el equipo madridista pronto tomó consciencia de la debilidad con la que compareció el Córdoba. En el primer minuto ya se dejó ver la pauta que marcaría el partido y Mateos tuvo el gol en sus botas tras una asistencia de Mosquera a la espalda de la defensa cordobesa. Como preludio de lo que estaba por llegar, el central castillista buscó desde muy pronto el gol y éste acabó por llegar apenas dos minutos después.

La constatada languidez de la defensa alineada por Berges quedó en evidencia al dejar espacios a su espalda una vez tras otra. Morata se divirtió midiéndose en velocidad con los toscos, pero lentos, centrales del Córdoba. De ésta manera, el delantero fue derribado cuando encaraba a Alberto, por Kiko, y el árbitro no dudó al pitar el penalti. Los precedentes ayudan o limitan, pero Jesé no dejó que las dos penas máximas que falló contra el Hércules impidieran aumentar su cuenta goleadora. Ésta vez, Jesé Rodríguez hizo buena la oportunidad para engañar al portero y poner el primero en el marcador.

Álvaro Morata entendió a la perfección los problemas de Kiko, que se veía superado cuando tenía que medirse en carrera. Jesé se alineó con este pensamiento y buscó a Morata a la espalda pero todo se quedó en un aviso del ariete, que erró el mano a mano. Sin tiempo para asimilar los errores, el Córdoba descuidó la defensa a la contra y Fabinho lanzó la carrera en busca del segundo que volvió a encontrar Jesé, tras asistencia de Juanfran. En apenas 15 minutos, el Castilla ponía tierra de por medio, sin noticias del Córdoba.

La defensa del Córdoba no supo parar a Morata y Jesé

De hecho, el partido tuvo que aguardar casi 20 minutos hasta que el Córdoba demostró que había viajado a la capital y lo hizo con un disparo sin peligro para los intereses castillistas. El inoperante Córdoba no creaba peligro y mostraba una defensa endeble incapaz de sostener las acometidas de Morata. El 2-0 no amilanó al Castilla, siguió concienciado en cerrar el partido cuanto antes, pero cedió el control del balón al Córdoba en pos de aprovechar la lentitud de la defensa andaluza. Al final, lo evidente volvió a ocurrir y fue Borja el ejecutor del pase que dejó solo a Morata que, a la tercera, no falló.

El Castilla, observando la languidez de los centrales andaluces se cargó de razones para tomar la contra como norma. Las ocasiones no cesaron de llegar para el equipo de Toril ya que no encontraban oposición en el Córdoba y, entre tanto, Diego Llorente debutaba en el Real Madrid Castilla tras la lesión de Iván. El descanso no supuso ningún punto de inflexión y el partido siguió por similares derroteros.

Segundo tiempo sin historia

La diferencia estribó en las ganas mostradas por los locales, que levantaron el pie del acelerador dando oxígeno al Córdoba. Los visitantes intentaron maquillar su actuación pero el peligro que llevaba cada ocasión del Castilla ponía en alerta al conjunto andaluz. Los de Berges consideraron que el 3-0 era suficiente castigo y no arriesgaron más de la cuenta.

La inoperancia de unos y la suficiencia de otros marcó la última media hora, carente de ritmo y de emoción. Las ocasiones seguían llegando, más por inercia que por convicción o necesidad. De este modo Juanfran rondó el gol, pero Alberto blocó en dos tiempos. A pesar de los tres goles encajados, el portero cordobés realizó un partido meritorio que limitó la diferencia de goles en la victoria del Castilla.

Ovación para Jesé y Juanfran

A falta de 20 minutos llegó el momento para el reconocimiento cuando Juanfran fue sustituido por Lucas levantando al respetable de sus asientos. Su compromiso, dedicación y calidad fueron recompensados por un público que sabe que está viendo los últimos partidos del capitán castillista con la camiseta blanca. La entrada del “7” blanco, Lucas, revitalizó el encuentro en la recta final que sirvió para volver a poner a prueba la velocidad de la desbordada defensa andaluza. El gol lo rozó Lucas y el hattrick Jesé, que vio como su disparo se marchaba junto al palo impidiendo su tercera celebración. Acto seguido, Denis suplía a Jesé, con ovación incluida para el canario. Aún hubo tiempo para más y es que, cuando la afición empezaba a abandonar sus localidades, Morata firmaba su doblete tras el enésimo error de la zaga visitante. La definición del delantero pudo ser mejor, ya que se topó con Alberto, pero el balón se coló mansamente en la portería para cerrar el partido. 

Con el 4-0 finalizó el encuentro y cortó una racha negativa del Castilla. Desde que ganara al Guadalajara por 2-1, el filial había cosechado tres partidos seguidos sin conocer la victoria. Dos derrotas (Las Palmas y Ponferradina) y un empate (Hércules) que se sumaron a la sufrida en Sabadell que frenó la racha de dos partidos seguidos ganando (Xerez y Almería). La victoria insufla confianza en un grupo irregular pero talentoso que quiere asegurar, cuanto antes, su continuidad en Segunda.

Así lo vivimos.

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Sobre el autor
Adrián Orzáez
Editor. Redactor del Real Madrid. Licenciado en Economía y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Email de contacto: [email protected]