Madrugaba el Bernabéu a medio camino entre la ilusión y la expectación. El mercado, aún abierto, disparaba los rumores y alejaba el foco sobre el césped. Ahí, Isco volvía tras su agónico tanto ante el Betis y con Özil mirándole sentado junto a Casillas. Ancelotti sentaba al alemán, un toque de atención para el virtuoso jugador que tiene que tomar como ejemplo a Di María y su trabajo incesante.

El ruido del mercado afectaba a otro jugador que desea Moyes para su United. Ander no era de la partida y cedía su puesto a Mikel Rico. Ni Valverde, ni Ancelotti querían que las distracciones alejaran a sus equipos del objetivo de conseguir la tercera victoria seguida.

Con la mira puesta en ello, el Real Madrid salió dominador del balón pero impreciso en las entregas. Modric y Marcelo, eran los encargados de hilvanar con Isco y Di María. Sin embargo la tela de araña que formaba el Athletic en la medular fue efectiva. En esa trampa caía el Real Madrid.

Dudas en el inicio

Los 10 primeros minutos blancos fueron de titubeo y sin las ideas claras, hasta que Modric dio un paso al frente. El croata despertó a los de Ancelotti y a un Bernabéu que asistía impertérrito como sus futbolistas tenían la posesión en zonas inocuas. Junto a Modric, Isco ganó peso en el encuentro partiendo desde la izquierda.

De la mano de Khedira, rompiendo líneas con un buen pase, llegó la primera ocasión clara del Madrid. Di María, con campo abierto para encarar a Herrerín, se precipitó lanzando un cómodo disparo a las manos del portero del Athletic. Llegaba la primera ocasión madridista tras dos acercamientos de los visitantes que habían aprovechado la indecisión en las entregas del Real Madrid en los inicios del choque.

Cuando el equipo blanco entró en el partido fue una máquina de atacar. El portugués Ronaldo abandonó la posición centrada en la que empezó y empujó a Isco al centro, más cerca de Modric. Más cerca del fútbol. Con Cristiano fuera de la nube de piernas e Isco llegando, los madridistas encontraron el camino.

Benzema, ausente durante gran parte del choque, recibió en la frontal y dibujó una parábola hacia la aparición de Isco. El malagueño, con mucho duende, bajó el balón en el área pequeña y batió a Iago en su salida. El Bernabéu se rendía a la clase de Isco Alarcón mientras respiraba tras un inicio inquietante por la falta de claridad en el fútbol de su equipo.

Otro Madrid de la mano de Modric

El gol fue lo que necesitó el Real Madrid para creerse su fútbol y empezar a disfrutar. De la mano de un Modric incontestable en defensa y preciso en el pase, los blancos crecieron haciendo olvidar un inicio poco ilusionante. Según la figura de Modric se fue acrecentando sobre el campo de la capital, el Athletic se fue desdibujando sin encontrar la forma de manejar el choque. Atrás quedaron los minutos en los que los blancos acusaron la incomodidad que provocaba el engranaje defensivo de Valverde. No supieron robar y cuando lo hacían, ahí estaba Modric y Khedira para desbaratar cualquier amago de peligro.

De este modo, los de Ancelotti disfrutaron hasta que Cristiano encontró el gol. Su primer gol de la temporada. La asistencia de Di María al botar una falta precisa dejaba solo al portugués que dirigía el cabezazo a las mallas. El gol, preludio del descanso, fue lo que acabó por matar al Athletic.

Sentencia a la contra

Tras la reanudación, Valverde viró su planteamiento retirando a Iturraspe y Mikel Rico. Los bilbaínos se volvían más ofensivos con la entrada de Morán y De Marcos, disputándole así la posesión al Real Madrid. Los blancos aceptaron el envite y cedieron el balón a cambio de los espacios. Con esa pesquisa, Isco bajó su influencia en el juego mientras Modric se multiplicaba.

A pesar de tener mayor posesión en la segunda parte, el Athletic Club no gozó de ocasiones claras para batir a Diego López. Con esa tranquilidad jugueteó el Madrid, sabedor de su amplia ventaja y de su superioridad. En esas, Luka Modric fue capitán general. Robando y jugando, el croata puso el Bernabéu a sus pies en un partido para enmarcar.

Con los espacios que el Madrid encontró en el segundo tiempo también se encontró cómodo. Cristiano y Benzema se lanzaban a tumba abierta ante Laporte y Gurpergi que retrocedían ante la avalancha. En una de esas, Benzema volvía a asistir a Isco que hacía su tercer gol de la Liga. Los minutos finales sirvieron para que Ibai maquillara con su gol el marcador y para que Jesé disfrutara de sus primeros minutos en esta Liga.

El Real Madrid, de este modo, se llevó los tres puntos y continúa su senda victoriosa en Liga. Las sensaciones, por otro lado, fueron mucho mejores después de un comienzo algo disperso. La actuación de Modric en el centro del campo, sublime, posibilitó la victoria madridista.

Así lo vivimos.

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Sobre el autor
Adrián Orzáez
Editor. Redactor del Real Madrid. Licenciado en Economía y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Email de contacto: [email protected]