El Valencia caía estrepitosamente hace una semana en Madrid. El Vicente Calderón y el Atlético eran verdugo de Miroslav Djukic. El entrenador serbio horas después era destituido y el técnico del filial, Estévez, se hacía con las riendas de un juguete roto. Antes de esto, Djukic había probado todo y a todos.

Sin dar con la tecla, el ex del Valladolid cambió en los laterales (Barragán/Pereira y Bernat/Guardado), en el medio (Parejo, Banega, Romeu, Fuego, Míchel, Canales), en los extremos (Feghouli, Fede, Pabón, Jonathan Viera – ahora en el Rayo) y en la delantera (Jonás, Helder, Alcácer). Los innumerables cambios que Djukic probó a lo largo de las jornadas no surtieron efecto y tras ello, la destitución.

Estévez debuta en Liga

Parece incomprensible como un equipo de su calidad se encuentre en una crisis tan profunda y la exterioriza aún más en la visita del Real Madrid. Con la llegada de Nico Estévez, técnico interino, el Valencia intentará mejorar la imagen mostrada en los partidos anteriores.

Inseguridad, fallos en las entregas

El Valencia es un equipo, hoy en día, sin confianza. Los futbolistas del equipo valenciano erran entregas sencillas, no triangulan y su movilidad es reducida. Sin la profundidad necesaria, el equipo de la capital del Turia no encuentra fácilmente situaciones de peligro y se ahoga en sus posesiones.

Como se vio frente al Nàstic, el Valencia gozó de la posesión. El balón tornaba de banda a banda dirigida por Parejo y por Banega. Las combinaciones entre líneas y los movimientos sin balón brillan por su ausencia y de este modo, las bondades del equipo valencianista pierden en eficacia.

El equipo está construido sobre una base de toque, alimentada por futbolistas de desborde en banda. Sin embargo, la lentitud en el traslado de balón y el estado físico de los extremos evita el lucimiento del fútbol para el que fue construido este Valencia.

Dudas en defensa

Tras lo visto en Copa, es de suponer que el equipo que Estévez alinee frente al Real Madrid sea de similares características. De este modo, el Valencia jugó con dos laterales con proyección ofensiva, volviendo a confiar en Pereira que era uno de los señalados por Djukic. Barragán, futbolista de mayor envergadura, deja su sitio para el menudo lateral portugués.

Además del portugués, la izquierda la ocupó Guardado, extremo en el Deportivo, reconvertido a lateral en las emergencias. Con Bernat delante, Estévez trata de tapar las incursiones rivales con dos jugadores acostumbrados a jugar de lateral y con buenas capacidades para atacar.

La inseguridad defensiva que mostraban los de Djukic habrá que observar si se mantiene, lo cierto es que el centro de la zaga mostró dudas frente al Nàstic, con Víctor Ruiz y Mathieu lejos de su mejor estado de forma. Delante de la pareja de centrales, Javi Fuego vuelve a ser titular tras varias semanas en las que Oriol Romeu aparecía en los planes de Djukic.

El ex del Rayo está atento a las ayudas defensivas pero forma una medular demasiado transparente para el rival. Con dos laterales con facilidad para perder su sitio, la fragilidad que muestra en el medio el Valencia es una invitación al rival a aprovechar la superioridad manifiesta.

No son buenas noticias para el Valencia que enfrente se sitúe Cristiano Ronaldo, Benzema e Isco. El estado de forma del exvalencianista, más el ansia del portugués se antojan como los mayores peligros para el conjunto de Mestalla.

Al abrigo de los goles de Jonás

El Valencia vive preso de sus indecisiones. Sin movimiento, las jugadas acaban en centros laterales. El apoyo que supone basar el juego en laterales ofensivos que se suman a dos extremos, provoca que el fútbol que se genere termine en centros para los que Paco Alcácer, Fede o Bernat no están preparados para afrontar con garantías.

La presencia de Jonás ofrece alguna garantía extra a este planteamiento. Con el brasileño, los centros desde las bandas tienen más sentido, sin embargo el juego aéreo no es el que más beneficia al equipo ché. Hélder ha pasado de ser titular a un recurso, que si el partido se tuerce terminará por entrar al campo. El portugués canalizaría todo el juego del Valencia, siendo el jugador que recibiría los intentos en largo aprovechando su juego aéreo.

El Real Madrid tendrá que estar atento a los extremos con el objetivo de taponar la mejor válvula de acción del rival. Previsiblemente, Marcelo y Carvajal serán los encargados de frenar a los futbolistas de banda que Estévez alinee, aunque la presencia de los madridistas supone un arma de doble filo. De ida y vuelta.

Las ayudas al corte de Nacho y Ramos en banda se antojan imprescindibles en un partido en el que la lógica marca que el Real Madrid tendrá el balón. La presencia del doble pivote Xabi Alonso y Modric incomodarán la lenta e imprecisa salida de balón ché, y el incordio de Isco a Javi Fuego puede perturbar el encuentro del Valencia.

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Sobre el autor
Adrián Orzáez
Editor. Redactor del Real Madrid. Licenciado en Economía y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Email de contacto: [email protected]