El Real Madrid demuestra en el Camp Nou su afán competitivo. Los blancos no se amilanaron ante un rival superior, supieron leer el partido en todo momento, no se pusieron nerviosos con el gol de Piqué, y remontaron gracias a Benzema y Cristiano Ronaldo, pero sobre todo, gracias al bloque, que llegó al Camp Nou confiado de ganar, y sale de él reforzado de cara a la Champions y a las siete jornadas ligueras restantes, donde tendrán que remontar la distancia con el Barcelona de siete puntos.

Aptitud madridista y dureza

Comenzaba el partido el Real Madrid con una clara pauta: adelantar su línea defensiva y hacerse estrecho, de manera que el Barcelona tuviera poco campo para jugar. La presión arriba de los blancos era selectiva, había momentos para presionar hasta al último zaguero azulgrana, pero tambíen jugadas donde los blancos esperaban en el centro del campo al avance culé, conscientes de la duración del partido y de la importancia de rendir al máximo hasta el minuto 90.

La dureza fue la protagonista de los primeros minutos, con cuatro amarillas antes de la media hora.

Por su parte, el Barcelona a lo suyo. Tocar, mover la rendonda y encontrar esos espacios que nadie más ve. Neymar y Suárez ofrecían desmarques, y Messi e Iniesta inventaban fútbol para tratar de desarmar el muro blanco diseñado por Zidane. Sin embargo, en los primeros minutos, no fueron las sorpresas tácticas el protagonista, sino la dureza del Real Madrid. Los visitantes cortaban el ritmo del Barcelona con constantes faltas, algunas muy duras, que significaron amarilla, como en el caso de Carvajal.

En el minuto diez de partido, el linier no señaló un fuera de juego de varios metros a Luis Suárez tras un saque de puerta de Bravo. La jugada casi acaba en gol si no fuera por el fallo en el remate del uruguayo. Sergio Ramos se ganó de esta forma la amonestación al protestar a Hernández Hernández la no señalización de tan evidente infracción. Continuó el Madrid siendo duro, y los culés no se amilanaron. Luis Suárez por un feo codazo, y Mascherano más tarde por una entrada sobre Bale se llevaban la amarilla.

La polémica de siempre

Se produciría entonces la polémica, una invitada de honor en todos los Clásicos. Messi encaraba a Sergio Ramos en la frontal del área y caía dentro del área. Todo el Camp Nou pedía penalti, sin embargo, la repetición ofrecía una clara resolución. Sergio Ramos derribaba al argentino, pero fuera del área. Por tanto falta, pero no penalti. Sin embargo, de señalar la infracción, Hernández Hernández quizá debería haber mostrado al capitan blanco la segunda cartulina amarilla.

Más allá del juego brusco, las ocasiones escaseaban. Rakitic se encontraba con un gran Keylor Navas, que volaba junto a su palo izquierdo para salvar el 1-0. Por parte de los blancos, Bale llevaba todo el peligro. Sus galopadas por la banda superaban una y otra vez a Jordi Alba, aunque sus centros nunca encontraban rematador. Tanta intensidad derivó en un parón de juego a la media hora. Ambos equipos tomaban aire para afrontar el final de la primera mitad.

Paso adelante del Real Madrid en la recta final, tanto en fútbol como en aptitud. A destacar las ayudas de Cristiano Ronaldo a su lateral, algo difícil de ver en los últimos tiempos en un futbolista más acostumbrado a crear que a destruír. Justo al borde del descanso, Benzema gozó de una gran ocasión. Carvajal centraba al punto de penalti y el francés, libre de marca, realizaba una fallida volea. De haber impactado a la pelota de manera correcta, podía haberse producido el 0-1.

Piqué pone el 1-0

Descanso y tiempo para reflexionar. Tras el descanso, poco cambió. El Barcelona buscaba los espacios que el Madrid no concedía. Messí sé encontró el lugar y el momento, y desde la frontal del área, golpéo un balón a la escuadra. Keylor voló y realizó una intervención sobresaliente. De poco sirvió. Segundos después, Piqué, en un córner, superaba la marca de Pepe con un bloqueo de Neymar y ponía el uno a cero en el electrónico.

Benzema de media chilena hacía válido el centro de Kroos para poner el empate a uno.

Podía esperarse que el gol sentara como un tiro al Real, pero no fue así. Los blancos se levantaron, y solo seis minutos después, en el 62, con una extraordinaria jugada de Modric y Marcelo, que acabó con un centro de Kroos que remató Benzema de media chilena a la red de Bravo. Empate a uno y mucho aún por jugar. El gol sentó como un jarro de agua fria en el Camp Nou, que se calló por momentos. Luis Enrique no dio tiempo al descanso, y sacó toda la artillería: Arda Turan por Rakitic.

Épica blanca

Y llegó el auténtico Real Madrid cuando se le acabó la gasolina al Barça. El nerviosismo del Camp Nou alimentó a los blancos, que se crecieron en la recta final. Este hambre se pudo ver cortada con la roja de Sergio Ramos. El camero, muy nervioso durante todo el partido, acabó viendo una segunda amarilla que se veía venir. Sin embargo, pocos minutos después, Bale cabeceaba a gol un centro de Cristiano. Cuando el galés celebraba en la banda, se dio cuenta de que el gol había sido anulado.

No había fuera de juego, tampoco falta en el salto. Error del colegiado. Esto enfureció al Real Madrid, que buscó con más gente el gol. Cristiano remató al larguero en un anticipo de lo que pasaría poco después. Carvajal centraba desde la derecha, Cristiano controlaba con el pecho en el área, y superaba a Bravo con un duro remate. Uno a dos y muy poco tiempo de reacción para el Barcelona, que lo intentó pero no fue capaz de crear ni una sola ocasión clara tras el gol del portugués.

El Madrid no solo sale vivo del Camp Nou, sino que gana y aumenta en un pequeño porcentaje sus opciones por la Liga. Pero lo más importante, la moral aumenta al mil por cien para la competición favorita de los blancos, la Champions League, donde puede estar la salvación del Madrid para salvar la temporada.