Segunda jornada de liga para un Alfredo Di Stéfano que deseaba ver como su equipo se colocaba ya con seis puntos en la parte alta de la tabla. La derrota en Irún fue un duro golpe, pues se trata de un rival directo, pero no había tiempo para deprimirse. El equipo de Solari recibía a un duro hueso como es la SD Amorebieta, que se iba a dejar todo para sumar tres puntos de vital importancia.

El conjunto de Solari mejoró respecto al primer partido, pues consiguió controlar los primeros minutos evitando que el Amorebieta creara problemas.

El ritmo de partido fue lento, las ocasiones escasas y apenas hubo errores en ambos equipos durante todo el primer tiempo.

Sin apenas ocasiones, el Real Madrid Castilla aprovechó prácticamente la única ocasión clara de la que dispuso en los primeros cuarenta y cinco minutos para mandar en el marcador.

Enzo combinó con Febas en banda izquierda, quien se marchó de Eriz Goiria con un toque sublime del esférico y, tras sopesar las opciones, cedió atrás para Valverde, que colocó el esférico pegado al palo. La estirada de Angoitia fue inútil.

El gol no pareció cambiar nada en los dos contendientes. Ni los de Aitor Larrazabal buscaron la portería rival con más insistencia ni los locales cambiaron su forma de jugar. La calma, protagonista de los primeros cuarenta y cinco minutos.

El segundo tiempo empezó de una forma similar al primero; poca intensidad, menos ocasiones y apenas alguna que otra llegada a las dos áreas. El Castilla siguió tocando atrás con tranquilidad y cambiando de ritmo cuando fue necesario.

Un gran pase de Febas por el centro de la defensa rival fue recibido por Valverde, quien tras regatear a su marcador fue derribado. El colegiado no lo dudó y señaló la pena máxima.

El encargado de lanzarla fue Enzo, quien haciendo caso omiso a Angoitia anotó con mucha calidad el penalti.

Tras el gol de Enzo el Amorebieta hizo un amago de buscar el empate, pero apenas duró unos instantes. Con todo visto para sentencia, apareció la magia de Sergio Díaz.

El delantero paraguayo recibió en tres cuartos de campo y no se lo pensó. Vio que el guardameta visitante, Angoitia, estaba adelantado, y disparó por encima de su cabeza para anotar un soberbio golazo que parecía poner punto y final al partido.

Los últimos minutos fueron de mayor agresividad, con oportunidades para ambos conjuntos, hasta tal punto de que el Amorebieta pudo recortar distancias con un penalti. Javier Sánchez fue el infractor, quien tras un mal despeje de la defensa vio como Ibrahima, que no estaba en posición antireglamentaria, se quedaba completamente solo delante de Carlos Abad. En un intento desesperado por evitar que disparará, el central derribó a su rival dentro del área, lo que acarreó una tarjeta amarilla merecida.

Ibrahima, muy activo durante todo el partido, anotó la pena máxima para poner el definitivo 3-2 en el marcador. Acto seguido, el colegiado pitó y señaló el camino de los vestuarios, por lo que el gol solo sirvió para maquillar el marcador, que apenas diez minutos antes parecía muy abultado. Con este resultado el Castilla suma seis puntos de nueve posibles y se queda en la parte noble de la tabla.