Fotos: Daniel Nieto. Texto: Sergio Hernanz

El Real Madrid afrontaba la tercera jornada de la UEFA Champions League ante un rival netamente inferior, lo que aprovechó Zidane para experimentar en la sala de máquinas con jugadores ofensivos, con Kroos de pivote y con James y Asensio de interiores. Así, el conjunto blanco tardaba muy poco en materializar la primera ocasión clara de peligro, en las botas de Cristiano Ronaldo. El luso chutó escorado tras una rápida transición merengue, enviando el esférico al lateral de la red defendida por Malarz.

Los locales planteaban un fútbol directo, buscando la espalda de su rival, cuya defensa, presumiblemente, iba a cubrir las porosidades existentes.

Así, Gareth Bale penetraba por el extremo diestro del ataque blanco y se sacaba un zurdazo de la chistera al palo largo del portero, imposible para Malarz.

El Legia no supo sobreponerse del tanto merengue y dos minutos después recibía un nuevo gol. Marcelo remataba desde la frontal tras una posesión larga de los blancos y asistencia de Benzema, con tal suerte que el cuero golpeó en Czerwinski y se coló en la portería polaca.

El partido parecía resuelto con este marcador, pero una absurda acción de Danilo ante Kucharczyk iba a dar alas a los visitantes; el lateral brasileño derribó al extremo dentro del área y Buquet no dudó en señalar la pena máxima, que transformaba Radovic con sutileza.

El Madrid, escarmentado por la falta de intensidad en algunos encuentros, iba a buscar un nuevo gol que le permitiese afrontar el partido con garantías.

Asensio gozaba de una nueva ocasión tras atrapar un balón muerto dentro del área grande; fusiló el balear con intención a la escuadra, pero el esférico se marchó alto.

El Legia iba a ver cómo se hacían añicos sus aspiraciones de empatar tras la enésima penetración desde la derecha de Danilo. El brasileño, que no estuvo muy acertado durante el choque, filtró para Cristiano, omnipresente en ambas bandas; el luso controló y aguantó esperando la llegada desde atrás de Asensio, a quien regaló el esférico. El balear tan solo tuvo que ejecutar un disparo raso, cerca del palo siniestro de Malarz, para poner tierra de por medio.

El conjunto polaco mostró su impotencia en un ataque blanco que pudo acabar en expulsión de Moulin por una inapropiada entrada por detrás sobre James cuando pisaba el área rival.

El segundo tiempo fue una exhibición a medio gas de los blancos, que trataban de hacer daño a su rival con transiciones rápidas.

Zidane continuó con su guion preestablecido dando entrada a Lucas y Morata por James y Bale. No tuvo que hacerle mucha gracia el cambio al colombiano, que tuvo que ver cómo Lucas anotaba el cuarto empalmando un gran centro de Morata desde la izquierda.

Ambos canteranos iban a gozar de protagonismo en el segundo tiempo, ya que el '21' iba a anotar el definitivo 5-1 tras un gran contragolpe con Cristiano y Lucas. El ariete blanco sigue llamando a la puerta de la titularidad, sumando un gol a la entrega que le pone siempre

Los últimos minutos fueron un regalo para el Legia, que pudo maquillar el resultado con varias ocasiones en las botas de Nikolic, pero Keylor resolvió sin problemas. Tres puntos más para el casillero blanco que mantienen el pulso con el Borussia y permite distanciarse del Sporting de Portugal.

UCL Real Madrid CF 5-1 Legia Warszawa