El Real Madrid se impuso en el que se antoja como último derbi liguero en el Vicente Calderón por un contundente 0-3 con Cristiano Ronaldo como protagonista al anotar un hat-trick; el de Madeira se convirtió así en el máximo artillero de los duelos entre los merengues y el Atlético de Madrid. Pero al margen del luso, uno de los grandes artifices del triunfo fue el técnico, Zinedine Zidane, que sorprendió al prescindir de la figura de Benzema en el tridente ofensivo para dar entrada a Lucas Vázquez mientras que Gareth Bale caía a banda izquierda y era Cristiano quien ocupaba la posición de '9'. En defensa también llamó la atención la pareja de centrales formada por Varane-Nacho, casualmente la misma que alineó Carlo Ancelotti en el 4-0 encajado en la temporada 2014/2015, aunque en esta ocasión los zagueros pudieron resarcirse firmando un partido muy serio atrás.

El mediocentro, clave madridista

Ante la ausencia del lesionado Kroos, Isco tomó las riendas del centro del campo merengue siendo la prolongación de Zinedine Zidane sobre el terreno de juego. El futbolista malacitano puso orden y calidad al mediocentro, erigiéndose como la brújula del equipo y eso los merengues lo notaron con creces. Por contra, durante los primeros minutos Kovacic se mostró algo errático, aunque conforme avanzó el encuentro el internacional croata fue mejorando y evidenciando la polivalencia que aporta a los blancos; el jugador natural de Linz apareció en ataque, atreviéndose con la salida y conducción de balón, pero también en defensa, donde llegó a ejercer incluso como lateral zurdo. Su compatriota, Luka Modric, fue uno de los aparentemente desaparecidos del encuentro, pero el medio balcánico dejó un gran despliegue físico emparejado con sus homólogos colchoneros, lo que permitió anularles en el juego.

Isco fue uno de los grandes destacados del equipo, poniendo orden y magia al centro del campo

Pero no quedó ahí la cosa, pues el 4-3-3 planteado por el técnico francés dejó varios detalles. Cuando Gareth Bale o Lucas Vázquez se incrustaban en el centro del campo el esquema viraba a un 4-4-2 dejando a un extremo con Cristiano arriba, de esta forma obtenían una cierta superioridad que se dejaba notar en la producción ofensiva de los locales. En muchas otras ocasiones, el dibujo era un claro 4-5-1 con Cristiano como único atacante mientras que Bale y Lucas Vázquez se centraban en labores defensivas.

Lucas Vázquez y Bale apoyan defensivamente mientras que Kovacic realiza la cobertura a un expeditivo Varane

La varita entra en juego

El encuentro pareció decidirse con el penalti de Savic sobre Cristiano Ronaldo que terminó transformando el propio portugués, pero es necesario remontarse 10 minutos en el tiempo para entender el origen de todo. Con un Real Madrid ahogado en campo propio y cometiendo diversos errores en la salida, que posteriormente enmendaban mostrando gran solidez defensiva, el 'Cholo' Simeone quiso meter pólvora arriba para seguir incrementando el asedio sobre la portería defendida por Keylor Navas. Pero si los atacantes incidieron sobre la meta rival fue porque el centro del campo atlético comenzó a generar todo lo que en la primera parte no pudo; jugadores como Gabi o Koke empezaron a carburar y el equipo lo notó bastante, no tanto quizás Saúl que estuvo en un segundo plano.

El tanto desde los 11 metros de Cristiano Ronaldo sentó como un jarro de agua fría para los locales

El técnico argentino decidió mover ficha e hizo un doble cambio, Correa salió en sustitución de Gabi y Gameiro por Fernando Torres. Fue justo en ese momento cuando todo cambió, el Real Madrid fue ganando campo y de no acercarse a la portería de Oblak pasaron a disponer de diversas ocasiones... ¿por qué? Con Correa situado en una posición más adelantada, Luka Modric se emparejó con Koke, que ante la ausencia de Gabi había tomado las riendas del equipo; sin embargo, el canterano rojiblanco echó en falta el apoyo de un segundo jugador que le ayudara en la creación y que le liberara de la presión madridista.

Las sustituciones no tuvieron el efecto deseado por Simeone, el Atlético de Madrid poco a poco fue perdiendo la posesión y como ocurriera en gran parte del primer tiempo tuvo que conformarse con jugadas aisladas. Carrasco y Griezmann resultaron los más activos de cara a la portería merengue, pero se toparon bien con la defensa o bien con el cancerbero madridista, todos muy atentos y serios. Los visitantes supieron sufrir, especialmente en el tramo inicial del segundo periodo, y gracias a un gesto aparentemente insignificante pudieron cambiar el devenir del encuentro.

Del Manzanares al mundo

La llegada de Zinedine Zidane al banquillo no suscitó una confianza unánime, especialmente por la falta de afianzamiento en el primer filial merengue. Las dudas parecieron disiparse con las dos goleadas endosadas a Deportivo de la Coruña y Sporting de Gijón, aunque los resultados lejos de Concha Espina unido a derrotas como las del Atlético de Madrid en el Santiago Bernabéu o la del VfL Wolsburgo en Alemania durante los cuartos de final de la UEFA Champions League no terminaron de convencer. Sin embargo, esto no afectó a la buena sintonía del vestuario con el entrenador natural de Marsella, ni con una afición entregada al que un día les encandiló con su fútbol en el centro del campo madrileño. Fruto de ello se produjeron triunfos importantes como el conseguido en el Camp Nou por un gol a dos pese a quedarse con un jugador menos, la remontada por 3-0 ante el Wolfsburgo que permitió avanzar a las semifinales del torneo o precisamente en la final de la máxima competición de clubes europeos ante el Atlético de Madrid, que brindó para sorpresa de la inmensa mayoría la undécima Copa de Europa a las vitrinas del feudo merengue.

Zidane arengando a los suyos frente al VfL Wolfsburgo | Foto: Dani Mullor - VAVEL

Doce victorias consecutivas en las doce últimas jornadas de La Liga 2015/2016 no fue suficiente para arrebatarle el liderato al FC Barcelona, aunque de manera anecdótica los blancos llegaron a ser campeones durante escasos minutos, ya que se disputaron los encuentros de forma simultánea. Este curso, los madridistas han demostrado que tienen entre ceja y ceja hacerse con el campeonato doméstico, y de momento van por el buen camino, pues tras doce jornadas se mantiene invicto y se sitúa como líder en solitario a cuatro puntos de su inmediato perseguidor, los de Luis Enrique.

La mano de Zidane parece estar surtiendo efecto cuando más se le requería, ante equipos de nivel donde al Real Madrid siempre se le exige reivindicarse. Pero el triunfo en el Calderón no debe tomarse más que como un trampolín para los encuentros que se vienen, los madrileños tienen citas difíciles antes de acabar el año, pues tienen que medirse a Sporting CP y Borussia Dortmund para definir su futuro en la UEFA Champions League, así como visitar al FC Barcelona en el Camp Nou, donde el preparador galo espera repetir el resultado cosechado el pasado curso. El truco final se dejará ver en Yokohama mediado el mes de diciembre, cuando los madridistas intenten proclamarse campeón de campones, aunque tras un breve descanso por el parón navideño tanto Zidane como sus pupilos deberán seguir ejercitándose para sorprender una vez iniciado el 2017. La Liga, la Copa del Rey y la UEFA Champions League rondan la despejada cabeza del aspirante a mago, cada vez más consagrado, que tendrá la difícil tarea de espantar los fantasmas que rodean a los blancos en campos como Mestalla o el Pizjuán, feudos que tendrán que visitar en la reanudación de la temporada.