Sergio Ramos, capitán del Real Madrid, vuelve este domingo a jugar en la Liga Santander tras no hacerlo aún en este nuevo año por unas molestias que arrastraba desde el Mundial de Clubes en Japón. Además lo hace ante su anterior equipo, el Sevilla, y en un estadio donde el andaluz no es precisamente muy querido.

Esta semana el central internacional jugó en el mismo escenario en la Copa del Rey, marcando el segundo gol, un tanto que estuvo lleno de polémica tras la celebración desafiante de Ramos contra el sector ultra del Ramón Sánchez Pizjuán. Ha sido el tema de actualidad deportiva más comentado esta semana, y se espera con mucha inquietud la manera en la que el estadio sevillista reciba al capitán blanco.

Un paso glorioso por el Sevilla

El de Camas ha sido uno de los canteranos más destacados del club hispalense de estos últimos años y se convirtió en el primer fichaje español de Florentino Pérez en su primera etapa presidencial. Su paso por el club sevillista fue muy destacado desde los siete años, pasando por casi todas las categorías, donde brilló hasta que en la temporada 2003/2004 Caparrós, un técnico que se caracteriza por su gusto por la cantera, le hizo alternar entre el primer equipo y el Sevilla Atlético.

Finalmente debutó el 1 de febrero de 2004 ante el Deportivo de La Coruña con tan sólo 17 años. Su buen rendimiento en las dos temporadas siguientes llamó la atención de un Real Madrid que pagó su cláusula de 27 millones con un contrato de ocho años que le llevó a ser el juvenil más caro hasta el momento. Su rendimiento en el club blanco hasta ahora ya lo conocemos, y se ha convertido en uno de los mejores futbolistas tanto de su club como de la Selección Española.

No es bien recibido ante su víctima preferida

Aunque es uno de los equipos de su corazón, para Ramos el Sevilla es su víctima preferida, es el equipo al que le ha marcado más goles, el último esta semana en los octavos de final de la Copa del Rey. El defensa le ha metido seis goles al Sevilla en 27 partidos, una cifra muy buena para tratarse de un defensa central.

A pesar de haber demostrado en las dos temporadas en las que jugó con el primer equipo sevillista esfuerzo y amor por la camiseta, a la afición del Sevilla y sobre todo a la parte ultra de ésta no le sentó bien en su equipo su salida al Bernabéu. De hecho, siempre es insultado por los Biris, los ultras del club, cada vez que salta al césped del Pizjuán.

En el último partido que jugó el central contra el Sevilla, esta semana en la Copa del Rey, se volvió a vivir la misma escena de insultos desde una parte de la afición a Ramos, quien después de meter el gol de penalti miró desafiantemente a la grada en una acción que estuvo llena de polémica.